lunes, 27 de julio de 2015

El mar...

A veces cuando salía de mi trabajo me gustaba contemplar el mar. Y uso esa palabra "contemplar" porque mirarlo no es lo mismo. Agitado o tranquilo para mi siempre hay algo misterio en él. Creo que tiene magia.

Sí, el mar es un lugar mágico. Y desconocido. Falta leer los artículos científicos para darnos cuenta que aún guarda muchos secretos, y que tal vez, nunca nos sean revelados.

El mar es poesía. Tiene esa habilidad de convertir lo ordinario en algo poético, probemos con algo sencillo: no es lo mismo decir fumé que fumé cerca del mar. Inmediatamente viene a mí una escena melancólica.

Es un lugar de pasión, de libertad, de aventura y también de miedo. Es indomable.

Me gusta su aroma  tan particular y su brisa, suave. Su combinación de sal y arena. Su tono azul en los días asoleados.

Me gusta como es el escondiste del sol cuando se va a dormir. Y el reflejo de la luna en su superficie.

Cuántos suspiros no ha escuchado el mar? Cuántos besos no habrá visto! De cuántos amantes habrá sido cómplice! Así es el mar.

Me gusta sentir su agua en los pies. Me gusta ver su infinidad en el horizonte.

Me gusta ver mis huellas marcadas en la arena mientras doy un paseo.

Contempla. Siente el mar.


sábado, 25 de julio de 2015

Creaturas complicadas...

Los humanos somos creaturas complicadas, eso ya lo sabemos. Tenemos la "habilidad" de convertir lo fácil en díficil, y supongo que eso se lo debemos en parte, a nuestra poderosa mente. Nuestra mente esta tan acostumbrada a la complejidad que quizá cuando se le presenta algo que no lo es, no puede manejarlo y busca hacerlo complicado. Quizá algún día evolucionaremos en ese sentido. Pero mientras tanto tendremos que lidiar con el paradigma de nuestras emociones ligadas a nuestros pensamientos. Y aquí viene un ejemplo.

Porque será que nos cuenta tanto dejar ir a alguien  a quién ya no amamos? Porqué seguimos hundiéndonos en un barco que ya no puede salvarse? Lo sé, la respuesta es complicada, o al menos es lo que siempre he oído. Tenemos miles de razones por las que decidimos (si, porque al final es nuestra elección) permanecer con alguien que ya no nos ama o que ya no amamos, aunque terminemos vacíos. Decidimos tirar el salvavidas y resignarnos a hundirnos en el barco, porque a fin de cuenta, eso es lo que debe hacer el capitán. Lo que me causa la interrogante es el motivo: porqué? Cierto, cada quien tiene una razón personal y hay miles de historias diferentes. 

Es que acaso le tenemos tanto miedo a la soledad? o es qué no encontraremos a alguien más? o tal vez porque así nos educaron y es nuestro deber? o simplemente porque así es la vida? Tal  vez sea el miedo a dejarlo todo en ruinas, y volver a comenzar. Tal vez. 

Quizá sea todo esto parte de nuestra humanidad, de nuestra creación, de lo que somos. Ojalá tuvieramos menos miedos y más ganas de ser felices. No quiero sonar dura, no es mi intención. Cuesta mucho, lo sé, pero hay personas que conozco que me gustaría ver más felices. Quizás tan solo sea una parte del amor que no he logrado entender.

 Not the only one by Sam Smith

miércoles, 22 de julio de 2015

Esto de escribir....

"No hay nada que escribir, lo unico que haces es sentarte frente a la máquina (de escribir) y sangrar" es una frase de Hemingway que creo que es totalmente cierta. Para mi escribir es un conjunto de cosas, desde algo terapeútico, hasta una forma de expresión y comunicación,  creación y hasta placer. No siempre las ideas me nacen en cuanto me siente frente a la computadora, las ideas pueden nacer en cualquier lugar. Muchas de estas entradas las fui creando mientras venia en el camión regresando del trabajo. Entonces surgía la idea y después la plasmaba, agregándole, quitándole...así es esto de escribir.

Creo que una de las cosas que más me inspiran es dar un paseo por la calle, en silencio. Sin audífonos, pensando, observando lo que hay a mi alrededor. Siento que me lleno de ideas nuevas. Y así es como llega la inspiración, de cosas ordinarias. En eso consiste la magia del escritor, en convertir las cosas ordinarias en extraordinarias. Un recuerdo, una caminata por la playa, sentarte mientras esperas algo (guiño OP), una conversación de whatsapp, una canción... creo que todo puede ser una fuente de inspiración. Escribir no solo es cuestión de pasado o presente, también puede ser una proyección sobre el futuro, lo que imaginas, lo que piensas lo que sientes, lo que te gustaría que fuera...

Sea lo que sea que escribamos siempre tendrá algo de nosotros y eso no lo podemos evitar. Y es que cuando escribes dejas plasmada una parte de ti, algo que era tuyo y que ahora compartes con todos aquellos que se animan a leerte. 

Sentarte, escribir (o teclear) y sangrar. Así es esto de escribir.


lunes, 20 de julio de 2015

La amistad interrumpida...

Todos pensamos que nuestra amistad con todas las personas que tenemos van a durar para siempre, al menos no me ha tocado conocer a alguien con una idea distinta. Sin embargo, es una lección de vida aprender que esto no siempre es así. A veces hay amistades que florecen solo en ciertas etapas de nuestra vida, quizá porqué es, en ese momento, en qué necesitamos apoyarnos o aprender de esa persona y después por cosas de la vida, también, es preciso dejarlas ir.

Con el tiempo aprendemos, que cada persona tiene una definición diferente de amistad. Y es ahí cuando la definición que tenemos vs las que tienen otras personas suelen chocar, y cuando no se encuentra un puento medio, tienden a romperse. Nunca es sencillo, nunca es fácil pero quizá sea necesario.

Dejar ir quizás sea una de las lecciones más difíciles que tenga que aprender el ser humano.

A veces la distancia hace más claras las cosas.
Algunas cosas cambian con el tiempo y otras no.
Algunas amistades pueden enmendarse pero hay otras que habrá que dejar ir.


sábado, 18 de julio de 2015

Work of Fiction: The Other Woman



Mientras abro la puerta del auto trato de no mirar atrás, pero no puedo evitarlo, no soy como esas chicas a las que se les hace fácil dar el siguiente paso. Contemplo una vez más la casa con todo lo que representa, vacía ahora. Mucha gente piensa que los recuerdos se quedan cuando uno se va de un lugar, pero no es así, esos también se van contigo. La miró fijamente mientras siento la nostalgia recorrer mi cuerpo. Necesitaba esa sensación, siempre he sido así, una nostálgica sin remedio, adicta a la melancolía. 

Subo al carro y enciendo el motor. La brisa del mar me golpea la cara, el olor a sal invade mi nariz. "Huele a libertad" pienso para mí, un nuevo mantra que añadir a mis lista de colección. Me coloco los lentes oscuros y empiezo la travesía. El aire mueve mi cabello y no me deja ver claramente, pero no me importa, porque mi impulso por la travesía, por lo que viene es más fuerte.

Mi nombre no importa. Después de lo que narre seguramente me llamarán de miles de formas y nadie se acordaré de él. Así somos. Soy la otra mujer.  Y a partir de aquí todo cambiará, pero dejame contarte mi historia. Me enamoré de alguien prohibido, o al menos eso es lo que siempre he escuchado decir a muchas mujeres, aunque para mí eso no tiene ningún sentido. "Amor" y "prohibición" no deberian ir siquiera en la misma oración. Simplemente nos enamoramos. Lo sé, porque aunque nunca me lo dijo con palabras lo supe en sus besos, lo supe cuando me tenía entre sus brazos, lo supe en los silencios que compartíamos. Yo no necesitaba escucharlo. 

Me enamoré de sus ojos azules. Suena a pecado pero es la verdad. Aunque se supone que nosotras, las otras, no podemos sentir eso, somos incapaces de sentir amor. O eso es lo que opina la sociedad. No han convertido en una especie de brujas sin corazón, egoístas, sin la más mínima idea de lo que es el amor. Pero no es así, nunca lo es.

Desde chica siempre un ansía por la libertad que no puedo poner en palabras. Fue ese impulso lo que desde joven me hizo irme de casa, la rutina era insoportable para mí. Vivir en el camino, de un lugar a otro, siempre andando, es algo que nadie nunca pudo entender de mi, y cualquier cosa que pudiera atarme, me hacía huir. "Dejar ir" fue una lección que prácticamente nací sabiendo, supe que no puedes atarte a nada ni a nadie, y que no había nada mejor que vivir en libertad. Traté de aplicar a eso a cada aspecto de mi vida. Por eso terminé con él.

Todavía lo amo. Pero lo nuestro era un amor en libertad, sin ataduras. Jamás le hubiera pedido que dejara a su esposa, incluso si lo hubiera mencionado, yo habría desechado esa idea y me habría marchado. A veces él me miraba con ojos tristes, como añorando algo, sin entender del todo, esa parte salvaje de mi ser, yo la buscadora de libertad. Lo cierto es que aprendí mucho a su lado, y experimenté la verdadera libertad cuando estabamos juntos, amándonos. Muchos creen que el amor es posesión, que la persona amada nos pertenece. No pueden estar más equivocados.

Hoy decidí irme. No le di ninguna explicación, y sé que él no la necesita. Cuando nos conocimos, nos aceptamos como éramos, yo a él con su matrimonio, él a mí con mi ansia de libertad. Pienso en su nombre y siento una lágrima caer sobre mi rostro. Pero al final ambos sabemos que no podemos estar juntos. Yo lo dejo con su esposa, con quien debe estar, pero el que este con ella no signifique que a mí me amé menos y a ella la quiera más. El amor no funciona así. Los humanos no funcionamos así.

Enciendo el estereo y suena una vieja canción. Los recuerdos que he traido conmigo empiezan a aparecer en mi mente, yo acelero. Me fumo un cigarro para ahogar las penas, ya hay muchos kilómetros detrás de mí. Y con la distancia siento que mi amor por él aumenta, pero no voy a volver. Es el precio que se paga por la libertad, la soledad. Veo la silueta del sol hundirse en medio del mar. El camino me llama y pienso para mi "huele a libertad".

******
Nota: Este es un trabajo de ficción, cualquier parecido con la realidad o la surrealidad es pura coincidencia.

martes, 14 de julio de 2015

Las chicas Katie



Ya lo había Carrie Bradshaw en uno de los episodios de SATC, hay dos tipos de chicas en el mundo: las chias simples y las chicas Katie. Yo también soy una chica Katie. 
Las chicas Katie son aquellas que son demasiado complicadas, analíticas, un tanto dramáticas, con un look un tanto desastroso y con una ideología que defiende sobre todo. Las chicas simples son aquellas que son relajadas, despreocupadas, no se complican y siempre lucen perfectas. Pero porqué pienso en todo esto? Esa es la pregunta, y la respuesta inequívoca es que es a causa de Él. 

Y es que me encuentro en el mismo dilema que Carrie, porqué ella? Seguramente él también es tan Hubbell. No puedo culparlo, ella es su tipo de chica, mientras que él es mi tipo de chico. No hay nada más que agregar ni hay a quién culpar, a veces tenemos gustos tan definidos que no podemos cambiarlos. El problema es que a él le gustan las chicas simples y yo soy una Katie. Nada de complicaciones, nada de drama. Debí saberlo. 

Y la pregunta viene y va por mi cabeza pese a que ya la he contestado. Y si me transformó en una chica simple? No, no podría hacerlo. Soy demasiado Katie. Ella siempre tiene el cabello perfectamente peinado, es lista y linda. Y yo... yo soy yo, un poquitín loca, un poquito dramática. Y no hay nada más que hacer.

A veces Él cruza por mi mente, pero rápidamente recuerdo que esta con ella.  Y yo me pongo a deshojar margaritas pénsandole, aunque solo sea por terquedad, o por pasar el tiempo, vaya usted a saber. Así es esto del amor.


Nota: Para entender mejor la entrada hacer click en el video ;)

domingo, 12 de julio de 2015

Algún día...

A veces te pierdes en tus pensamientos. Esto me suele ocurrir constantemente porque me considero una persona demasiado analítica. Y a veces eso me aleja del mundo y me lleva hasta un lugar de mi mente en el que me abstraigo. Quizás por eso me gusta caminar por ahí en soledas, lo encuentro curiosamente tranquilizador.  Ese no fue el caso de ayer. Me encontraba en una reunión con mis amigas, y aunque ya somos viejas amigas, la reunión de ayer la sentí como si fuera una de las primeras veces que salíamos, sí es un tanto extraño, pero es que han sucedido tantas cosas. Tiempo, todo al final se resumen en esa palabra.

Miré a mi amiga con su novio, que nos  presentó y debó decir que la veo feliz,  corrección los veo felices, y eso fme hace feliz. El amor se sentia en el aire, como dice la canción. Se estaba consumiendo el cigarro que fumaba cuando me perdí en mis pensamientos.Entonces tuve una de esas raros momentos en los que sientes que todo ocurre en cámara lenta. Noté las manos entrelazadas de mi amiga con su novio y di una calada al cigarro. Mientras el humo se adentraba en mis pulmones imaginé que eso no era para mí, que yo soy tan diferente, que yo persigo la libertad y que eso de las relaciones amorosas no se me da. Yo no me veré así.

Salgo de mi trance y todo vuelve a la normalidad. Cuando ellos se van, mi amiga, OP, la que tiene esa capacidad para leer mis pensamientos, me dice que soy una romántica sin remedio. Ella lo sabe, ella adivina lo que hay en mi mente. A veces creo que tiene el don de la clarividencia. 

Mientras voy camino a casa, una frase pasa por mi mente pero siento una punzada en el corazón: Algún día Haner, al gún día.

martes, 7 de julio de 2015

En la FILA: Part 2


 En el post pasado había comentado que en el vento en el que participé, llamado FILA, leí dos textos de mi autoría, este es el segundo. No pude ponerle un título porque nunca encontre uno que me gustara ni que lograra homogenizarlo, sin embargo acepto sugerencias ;)



Parte I. La Búsqueda

Escribo para encontrarte, mentiría si dijera que hay otra razón. Me gusta pensar que a través de este idioma inventado,  improvisado, tú puedes entenderme.

Me gusta pensar que algún día todos los versos, los poemas y las cartas tendrán, por fin, un destinatario. Me gusta creer que cada una de mis palabras, letra por letra, te llega al corazón, como una dulce melodía. Más no hay certeza en nada de esto, y eso lo sé.


He emprendido una búsqueda quijotesca para encontrarte, pero sin éxito. Tanto fracasar me ha llevado a la conclusión de que quizá este equivocada.  Me he embarcado en una búsqueda del amor sin darme cuenta que éste no puede buscarse ni encontrarse, el amor solo ocurre. Debería saberlo, pero a veces sucumbo a la desesperación de hallarte, a la probabilidad de qué mientras salgo a caminar por las tardes, nos topemos. 


Ya lo había dicho Cortázar “Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.” Cuanta razón tiene.

Se nos ha olvidado que el amor no puede encontrarse porque no es un objeto perdido, ni tampoco algo que puede elegirse por libre albedrío, ocurre así sin más, hasta que un día te golpea, como si  fuera un choqué eléctrico que te devuelve a la vida, y te das cuenta de que estas enamorado. Y eso lo cambia todo.


Existe un antes y un después de estar enamorado. El amor, como todas las fuerzas de la naturaleza, misteriosas, maravillosas y terribles, transforman a las personas que lo viven, por eso es que nunca salimos igual que como llegamos de una historia de amor.


Quizá lo más sensato que podemos decir es que no hay explicación para el amor, ni siquiera la física cuántica, o las reacciones químicas, tampoco importa cuánto me desvele tratando de encontrarle lógica. A veces creo que el amor es solo una serie de coincidencias. Una alineación improbable de los planetas que le ocurre a ciertas personas de vez en cuando. Aunque nosotros creamos lo contrario. Por eso nos lanzamos, con nuestras alas remendadas y el corazón roto pero aún latiendo para encontrar a esa persona que nos haga volar.


Encontrar. Sigo usando esa palabra. Como si eso fuera a acercarlo más.  Vamos de nuevo, usando el método de ensayo y error porqué ese es el que hemos aprendido.  Es el “método para encontrar el amor”, como si fuera una caza del tesoro. Pero no me crean mucho, solo estoy divagando.


Las ideas vienen y van, alejándose y acercándose, mientras intento hilvanar los párrafos de este texto. Hay una idea permanente, latente, dentro de mi cabeza. Y es precisamente esa loca idea, esa improbabilidad de la búsqueda lo que me lleva a pensar, a crear y a creer que puedo encontrarle. El amor siempre con sus ideas ilógicas.  Y es por esto que cree nuestro idioma, para que algún día podamos coincidir. Para que dejemos de ser dos extraños, para ser algo más que encuentros y desencuentros en el tiempo.



Aun estás lejos lo sé, pero quizás algún día nuestros caminos se crucen.

Algún día ocurrirán las coincidencias que nos unirán en el tiempo correcto.

Algún día los planetas se alinearan sobre nosotros y podré estrechar tu mano.

Algún día despertare en tus brazos.

Algún veremos cometas bajo el mismo cielo.

Algún día probaré tus besos.

Algún día caminaremos por la arena y mojaremos los pies en el mar.

Algún día escucharas las poesías y los versos que te escribí.

Algún día sabrás que estas palabras fueron concebidas solo para ti.

Mientras tanto seremos cuerpos celestes, extraviados, esperando chocar. Somos como el big bang.



Parte II. El encuentro

A veces pienso si fue una coincidencia cósmica encontrarte.

O señal del destino.

Tú y yo éramos materia, átomos y moléculas

Hasta que nos enamoramos.

Sumida en la oscuridad me hallaba,

Y tú, cual cometa, llegaste, iluminándome.

Amor cósmico,  choque de planetas,

Así somos tú y yo.

En la noche nos encontramos

Bajo la cálida luz de las estrellas, nos besamos.

Siento tu luz, deslumbrándome

Y yo que era oscuridad, me ilumino contigo.

La luna nos cobija bajo su manto

Pasando las horas

Cual si fueran años

Desde ahora el día y la noche

Se fundirán en una sola

Eterna vida contigo.

Puedo escuchar nuestros latidos, acompasados

Big bang, resonando por el universo

Mi reflejo en tus ojos

Contemplo galaxias

Después de un largo viaje

Por fin coincidimos

Amor ahora es tiempo, nuestro tiempo

Desde ahora el día y la noche

Se fundirán en una sola

Eterna vida contigo.

sábado, 4 de julio de 2015

En la FILA...


 El día de ayer participe en un evento local conocido como FILA, que es una feria del libro que se organiza cada año en la ciudad donde vivo. Es la primera vez que participo en algo así y debo decir que estaba sumamente nerviosa. Nunca antes había leído mis escritos ante un público que no fueran personas conocidas y eso me hacía sentir aterrorizada. Cuando me sentaron en el panel y vi las sillas colocadas a mi alrededor mi dieron ganas de huir, me había convertido en presa del pánico escénico, pero por algún motivo, algo me mantuvo pegada al asiento.
La primera lectura fue la más difícil, me temblaban las manos y noté que el folder se movía a causa de mi nerviosismo, pero en cuanto terminé tuve una sensación liberadora. La segunda vez fue mucho más fácil. Y así de rápido se me fue el evento. De la nada, una persona  del público se acercó a decirme que le había gustado lo que escribí. Fue una sensación muy bonita, y que en verdad aprecié. 
Fue una experiencia nueva para mí, una meta, y me da gusto el haber participado. Siento que he dado un paso más. Sin más preámbulo voy a postear uno de los textos que leí el día de ayer:



Amor cuántico
Últimamente he pensado en el amor en términos cuánticos. Sí, lo sé suena un poco raro. La física cuántica o mecánica cuántica es  (según wikipedia) aquella que "describe cómo en cualquier sistema físico –y por tanto, en todo el universo– existe una diversa multiplicidad de estados, los cuales habiendo sido descritos mediante ecuaciones matemáticas por los físicos, son denominados estados cuánticos."
Es cierto, el amor no se puede explicar por ecuaciones matemáticas ni físicas, aunque hay una variedad de reacciones químicas que se acercan a una explicación científica del amor. Tal vez para algunos esto no tiene ni tendrá sentido, ¿pero que es el amor más si no mas que una mutiplicidad de estados? Y es que podemos sentir una variedad de cosas a la vez: alegría, tristeza, melancolía, felicidad, éxtasis, placer, celos, obsesión… Y es que el amor y la física cuántica son un tanto complicados. O tal vez es porque muchos no sabemos nada de física cuántica...aunque pensándolo bien acaso sabemos algo sobre el amor?

Sobra decir que hay muchos estudiosos en ambas áreas. A diario los científicos quieren descubrir los enigmas del universo, y a diario los poetas y escritores nos desvelamos plasmando nuestras teorías sobre teorías sobre el amor, pero al final ambos siguen siendo un misterio. 

Tal vez nosotros, las personas solo seamos partículas elementales,  que se mueven en tiempo y espacio. Y nos unimos con otras a través del amor, y entonces tenemos la capacidad que tienen las partículas elementales, creamos un nuevo mundo, resplandeciente y maravilloso basado en el amor. Como cuando las moléculas se unen para formar nuevos elementos y compuestos. Tal vez el amor es la fuerza de cohesión que nos mantiene unidos.

Quizás solo intento buscarle una respuesta lógica a algo que nunca lo tendrá, convertir en tangible algo que no puede serlo. Cuantificar lo incuantificable, ¿pero acaso no queremos todos saber eso? Con la famosa oración: dime cuánto me amas. Y queremos escuchar una respuesta, números, una frase, aunque sea un cliché, que nos cuantifique el amor. Quizás todos estemos equivocados o seriamente confundidos. Pero no responder esa pregunta se puede tornar en un asunto complicado y es en ese momento de lucidez cuando deseamos que hubiera una fórmula que nos pudiera cuantificar los sentimientos, pero eso no sería antiromántico? Una respuesta aproximada sería: mi amor por ti es de 1×106, si suena muy romántico.

Entonces ¿por qué insistimos en cuantificar al amor? Simplemente no se puede. Solo ocurre, boom! De repente y sin avisar, es un choque que origina todo un nuevo universo como las partículas elementales. Como responder algo tan complicado? Cada quién tiene una respuesta distinta, la mía sería más o menos así, en términos simples:

El amor son todas las poesías que te he escrito y que nunca has leído.
Son todas las noches en desvelo que he pasado en tu nombre. Tu sin saberlo, duermes plácidamente en tu cama, mientras las estrellas sobre ti alumbran tu sueño.
Son todas las veces que has cruzado mi pensamiento, en un día, en una semana, en un año, en la vida.
Son todos los sueños en los que te he visto, deslumbrante.
Son todas las veces en que te he tomado de la mano y suspirado en tu nombre.
Son todas las veces que he tocado tu cuerpo y explotamos al unísono.
Son todas las veces en que hemos estado en silencio, y en las que hemos hablado de cosas banales.
Son todas las veces en las que hemos discutido y después terminamos en un beso.
Son todas las veces en que he tenido que descifrarte, pero no me molesta, porque siempre supe que serías un misterio permanente.
Son todas los momentos en que hemos estado juntos, buenos y malos, porque el amor esta hecho de ambos no solo de los primeros.
Son todas las veces en que nos hemos despedido y nos hemos reencontrado.
Son todas las veces en las que me has roto el corazón, inclusive aquellas veces en las que no te molestaste en repararlo.
Son todas las veces que derrame lágrimas.
Todas las veces que te cociné, que te preparé un café.
Son todos los abrazos que te di, que nos dimos.
Son todos los días en que has estado ausente, pero que de alguna forma estás presente.

Incluso hoy, súmale una vez más.

Suma todo lo que te he dicho y obtendrás una respuesta, no se si cuantificable, pero una respuesta. Y no sé si sea suficiente.

Científicamente podría decirte que ni combinándose todas las partículas elementales podría cuantificarse el amor. Y aquí es donde se termina mi teoría cuántica del amor porque una vez alguien me dijo que el amor no puede explicarse, solo se siente.