viernes, 20 de diciembre de 2019

Lecciones que aprendí en el 2019


Como cada año, suelo hacer un recuento de aquellas lecciones que aprendí en este año, algunos fueron cosas que nunca esperé y otras son recordatorios de cosas que ya no debo permitir, así que aquí vamos:
  • Que algunas personas tienen dos caras. Hay personas en las que depositas tu confianza y les cuentas cosas que luego andan divulgando a tus espaldas. La confianza esta rota, y aunque aun hablamos ya no es lo mismo, la "amistad" no volverá a hacer la misma nunca más.
  • Que por más que hagas, si una persona no siente algo por ti, no lo hará. Y aunque esto se siente bien feo, es mejor marcharse a tiempo, y dejar que cada uno viva lo que tiene que vivir. 
  • Que la vida siempre te sorprende y nunca sabes lo que va a pasar. Veánme, yo jamás pensé que la vida me traería a lugar donde actualmente vivo, y ahora estoy aquí, no, contenta, pero es algo que sin duda, ni en mil años veía venir. Por eso ya no hago conjeturas, porque hoy estoy aquí y mañana puede ser que vaya a otro destino.
  • Que a veces, aunque pienses que ya no vas a volver a sentir algo por nadie más, si lo haces, y de quién menos lo pensabas, y aunque no vaya para ningún lado se siente bonito, aunque no más sea una ilusión.
  • Que las verdaderas amistades están allí, para impulsarte y apoyarte, y regañarte si hace falta. Pero que nunca te dejan.
  • Que aunque quieras demasiado a alguien, eso no justifica todas las cosas que hacen, especialmente si saben que eso te molesta o te duele, así como hay que saber personar también hay que conocer tus límites, y si esas personas los traspasan, es momento de separar caminos con ellas.
  • Que puedes conocer personas maravillosas en los lugares más inesperados.
  • Que transformarte cuesta mucho, conlleva mucho esfuerzo y voluntad,ser capaz de dejar ciertos hábitos y personas que sabes que no te hacen bien, y saber que debes dejarlas ir porque ya no encajan con la versión de ti, ni la presente ni la futura.
  • Que el amor propio es esencial para vivir.
  • Que en tiempo en verdad es relativo y en verdad es muy valioso. Lo sé porque dónde vivo se me hace eterno, y cuando estoy con las personas que quiero se pasa demasiado rápido. También siento que últimamente soy más consciente del concepto "tiempo" y cada vez lo aprecio más. Me doy cuenta de que,a mis treinta y pocos años, ya no quiero seguir perdiendo el tiempo en cosas o situaciones que no me hacen feliz. 
  • Que me la he pasado mucho tiempo en la tristeza y en la depresión, por cuestiones de mi misma, y también ilusionándome a lo pendejo con personas que no me han valorado ni un poquito. Así que es tiempo de cerrar esa puerta y abrirla solamente cuando sea necesaria. No me es fácil, y debo admitir que a veces me da el bajón, pero lo intento una y otra vez, porque sé que la transformación no es un camino fácil, ni mucho menos recto, sino que tiene subidas y bajadas como todo en la vida.
  • Que la señales están ahí, solo es cuestión de abrir los ojos para poder verlas.
  • Que aunque la vida no es como uno quiere, hay momentos que hacen que valga toda la pena del mundo.
A todos los que llegaron hasta aquí, muchísimas gracias. Estaré ausente del blog por las fiestas, pero de antemano les deseo una feliz navidad y un muy feliz año nuevo. Nos vemos en el 2020!

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Dolor/Fortaleza


En estos últimos días de Diciembre he entrado en modo reflexivo que me ha llevado a darme cuenta de varias cosas, algunas las compartiré en el blog pero otras serán privadas. 
Hace un par de semanas, un conocido, publicó en su estado de whats algo que me dejó pensando. Era una reflexión corta que decía que en un pueblo las tumbas no tenían grabadas los nombres de las personas, sino que ellos pidieron que grabaran el tiempo que fueron felices. La reflexión quedó flotando en mi mente, y me quedé pensando en la cantidad de tiempo que quedaría grabada en la mía. La respuesta me asombró. A partir de eso comencé a pensar en todas aquellas veces que he sentido dolor en mi vida, pero no dolor de ese que te hace llorar un par de horas o un par de noches, sino, dolor de aquél que me ha marcado. 

No es secreto, porque lo he compartido en este blog, que varias veces he tenido que lidiar con la depresión. Algunos períodos han sido más cortos que otros, pero siempre han sido duros. Algunos episodios han sido realmente difíciles pero gracias al apoyo de muchas personas he logrado salir de ellos. La depresión me ha causado dolor, pero no es un dolor que sea fácil de describir, lo entenderán aquellos que han atravesado por ella, y sabrán que es no es sencillo de explicar.

Luego tenemos el dolor físico, algo que atravesé cuando era niña y que en aquél momento pensé que era un dolor muy duro. Si lo fue, pero aún me esperaba algunos que serían más agudos. A veces, cuando vuelvo a esos momentos de mi infancia, puedo ver el dolor de una manera distinta, y darme cuenta de que no solo era físico, sino que permeaba en la gente que me rodeaba.

Luego esta el dolor del corazón. Después de haber llorado por meses, ahora puedo decir que aprendí mucho, que desde esa vez no volví a ser la misma, pero creo que me hizo ser más empática en muchos aspectos dónde antes solía juzgar mucho. Sin embargo, fue un episodio bastante doloroso, que me llevó aún más tiempo superar, pero que abrió una nueva perspectiva, y me hizo ver, lo que ya no quiero en mi vida.

Hago un pequeño recuento de esto, porque creo que algo que estoy aprendiendo en estos momentos, y que sin duda he necesitado es fortaleza. Y es que a veces estoy por tirar la toalla y mandar todo al carajo, porque si ya he reiniciado varias veces, que más da una más. Sobra decir que mi situación actual no es la que más me gustaría, pero a veces me consuela el hecho de que nada es para siempre, y de qué cuando sea el momento del cambio, ya sea pronto o no muy lejano, debo tener la fortaleza de seguir.  

Haciendo una retrospectiva de todo esto, he llegado a la conclusión, de que ya no quiero dedicarle tanto tiempo a sentirme triste, porque ya he tenido muchos episodios en los que el dolor ha estado presente, y aunque sé que es inevitable que este ahí, quiero aprovechar el tiempo en el que no lo esté, en el que no sea necesario, y aprovecharlo en ser feliz. 

Te tengo fe 2020.

viernes, 6 de diciembre de 2019

The "mexican dream"...


Nota aclaratoria: pensé mucho en si escribir esta entrada o no. Llevó meses queriéndola postear pero me causaba controversia el hecho de que algunas personas se sintieran ofendida, así que antes de que se dispongan a leer esta entrada quiero aclarar, que esta es mi opinión personal, y que si ustedes tienen una visión diferente es completamente aceptable. Cada quién tiene sueños diferentes, y todos son válidos, así que por favor, no se ofendan.

Han oído hablar ustedes del muy famoso "sueño americano", si esa fantástica idea que predomina en nuestro vecino del norte (también conocido como "la tierra de las oportunidades") la cual pregona que puedes alcanzar éxito, fama y riqueza, aunque no hayas nacido en una posición privilegiada. Películas sobre esto, sobran, seguramente todos hemos visto alguna en nuestra vida. Dicho esto, creo que también existe una versión mexicana de esto. Aquí en México, es bastante popular la idea de que lo máximo que puedes lograr (o aspirar) es un empleo como asalariado con el cual te permitas vivir decentemente,es decir, sacarte una casa, un carro, y un salario estable. No digo que sea un mal sueño, creo que es algo bastante real y coherente dada nuestra situación actual, pero sin duda es, una idea muy arraigada en nuestra sociedad. Lo digo porque, he sido maestra durante ya varios años, y es típico de los estudiantes decir, que al salir de la universidad esperan "encontrar un buen trabajo"

Lo digo, porque es también muy típico escuchar en cada familia, de alguien que diga que  su hijo/hija tiene un trabajo de este tipo. Lo cual, no esta mal. Ciertamente un ingreso seguro evita un desgaste mental que si no lo tuviéramos. Sin embargo, ahora que, de acuerdo a mi familia, he alcanzado este "sueño mexicano" debería sentirme contenta. Y siendo honesta no me siento así. Voy a aclarar algo antes de que me lluevan críticas, no es que esté siendo una malagradecida, sé que hay muchas personas que quisieran este tipo de empleo, simplemente a veces me viene a la mente la pregunta de : esto es todo? 

Quizá, algo que no me tiene muy contenta es el lugar donde me encuentro ahora laborando. Y entonces me pregunto, si estuviera en un lugar diferente me sentiría más feliz? La respuesta inmediata es sí, sin duda. No siento que pertenezca a este sitio. Y mi cerebro se la pasa pensando en mil maneras de como mudarme lo más pronto posible, sin embargo, he hablado con algunas personas y me dicen que eso me llevará tiempo, y eso hace que me sienta muy desesperada. ¿Quiero estar aquí años? No, me rehuso completamente. Muchos pensarán, ¿entonces porque aceptaste el trabajo? Lo medité. pedí consejos y señales que me guiaran. Aun no sé que es lo que debo aprender aquí. Quizás solamente estoy siento demasiado impaciente, pero creo que también es por el hecho de que me estoy dando cuenta de que el tiempo es demasiado valioso como para estar en un lugar donde no quieres estar. Desde que me mudé han transcurrido 4 meses, y la pregunta del millón es, seguiré aquí? Renunciaré? Francamente no lo sé, lo estoy cavilando y valorando las consecuencias. Una parte de mi me dice que sea paciente, y que haga todo lo posible por buscar un cambio. Lo cierto es que la estúpida burocracia no ayuda en nada.

Quizás simplemente estoy equivocada, no sé nada de la vida, y esta entrada sean solo palabras de frustración. O quizás esto no sea todo (eso espero) y quizás sea una herramienta para lograr algo más (eso espero) porque siempre me ha gustado pensar que hay algo más, que siempre hay algo más.