jueves, 27 de septiembre de 2018

Definiendo el amor




Me han dicho tantas cosas sobre el amor que a veces ya no sé qué creer. Hollywood me ha vendido una idea, quizás demasiado cursi y alejada de la realidad, de lo que significa el amor. La sociedad tiene tantos significados que cambiar de acuerdo a la época que sería muy larga esta entrada si los mencionara todos, sin embargo, al final, lo simbolizan con un matrimonio ideal, en una hermosa casa con dos hijos y un perro. Eso es amor, supuestamente. Luego tenemos a la ciencia, diciéndonos que solo dura un momento y después desaparece el efecto de esas endorfinas. El amor no se encuentra, se construye; reza otra frase. 

Y mientras voy conociendo estas "definiciones" más confundida me hallo. A veces creo que el amor es un concepto vago, demasiado difuso y muy personal. Siguiendo ese razonamiento podríamos decir que existen billones de definiciones sobre el amor, y digo billones porque habló de la población mundial. Quizás algunas de esas definiciones coincidan, pero imagínense encontrar una! Debe ser difícil. Quizá esa sea una de las razones por las que muchas relaciones no funcionan, es complicado llenar el concepto de amor que tiene tu pareja cuando tu no lo sabes de antemano. Y es que cada quién tiene una idea que se ha formado a lo largo de la vida, y que nunca le preguntamos al otro. O si lo hacemos la respuesta suele ser demasiado generalizada, demasiado "mainstream" y pensamos que esa es la "correcta" porque esa es la que todo mundo tiene, y olvidamos ese famoso dicho que dice"cada cabeza es un mundo" y siendo así, entoces, cada quién tiene un concepto distinto del mismo.

Ven? Ya me enredé. Quizás el amor ni siquera debería tener un concepto. Quizá es eso precisamente lo que nos ha metido en todo este embrollo. Los humanos hacemos asociaciones, así es como nuestro cerebro funciona. Asociamos conceptos con cosas, situaciones, lugares y sentimientos. Si me estoy explicando? Nel, ya me hice pelotas. En fin. Resumiendo este intento de entrada, solo puedo decir que quizás deberíamos dejar de conceptualizar el amor .y solo sentirlo, dure lo que dure.

No me hagan caso, a veces me divago. Saludos!

sábado, 22 de septiembre de 2018

El desenchufe


Hace unos días desactivé mi cuenta de facebook. Desde hacía mucho tiempo sentía que necesitaba un desconecte de ese mundo virtual, sin embargo, por muchos factores no me animaba a hacerlo.  Y ese día, sin más ni más, pensé que ya no podía seguir más tiempo ahí. Es como cuando vas a una fiesta y la diversión se termina, o al menos para ti, y sabes que es momento de irte.

Para mí el facebook no es más que un medio para compartir cosas banales. Al prinvcipio, hace mucho tiempo, si me lo tomaba más en serio y meditaba lo que compartía. Sin embargo, desde unos años a la fecha, me valió y comencé a publicar puras cosas x, o al menos la mayoría, de vez en cuando compartía entradas del blog, o frases de escritores que me gustaban, de ahí en fuera solía publicar ideas locas que pululaban en mi mente. OP me dejó de seguir porque dijo que publicaba mucha estupidez, y probablemente tuviera razón. Otras personas me criticaban porque decían que "facebook habla mucho de ti como persona y que debía publicar cosas más serias". Otras porque publicaba demasiado, en fin.

La neta, facebook para mí solo es un lugar recreativo dónde vas a leer tonterías que publica la demás gente. Se volvió en algún momento, un torrente de memes y de cosas banales y superficiales que ya no puede detenerse. En algún momento comenzó a aburrirme. Veía las mismas publicaciones en todos lados, y todo comenzó a parecerme aburrido, prefabricado y repetitivo. Aclaro que no quiero hacer "la intelectual", solo creo que al igual que todos, en algún momento de nuestras vidas, llegamos a un punto de decir "ok, esto ya no me gusta". Al menos no por el momento. No quiere decir que no volveré, quizás sí, en unos meses. Cuando sienta las ganas de hacerlo.

Y quizás no sean las publicaciones, quizás sea yo misma. También es una forma de continuar con mi "reseteo". Tenía que tomar unas vacaciones de ese mundo virtual que a veces puede llegar a ser aplastante, y no solo eso, sino que puede llegar a influir en nosotros. Por eso decidí darme un break.

Así las cosas. Saludos internautas!

lunes, 17 de septiembre de 2018

Love.



Desde hace algunas semanas estoy yendo a terapia. Independientemente del punto de vista que cada quién tenga sobre este aspecto, si funciona o no, solamente recordemos que hay distintas maneras de hacerles frente a las situaciones de la vida. Dicho esto, continuaré con mi entrada. Decidí ir a terapia porque para mí fue una manera de iniciar mi reseteo, aunque claro, no me esta siendo nada fácil llevarlo a cabo tal como lo pienso. En fin, en las pocas sesiones que llevo, mi terapeuta (por
que no es psicóloga como tal), me dijo algo que me ha puesto en modo pensativo.

Ella me comentó, que nosotros, los humanos, no podemos dar amor como tal. Sino que nosotros solo nos comportamos de cierta manera y son esos comportamientos que le agradan a otra persona y que los convierte en amor. Su idea se quedó en mi aun después de la  consulta. Como en todo, bien es cierto que cada persona tiene su propio concepto del amor, y su idea me resulta bastante interesante. No puedo decir si la comparto o no, porque creo que mi propio definición de ese sentimiento está tan arraigada en mí que me es un tanto difícil, y sin embargo, me pongo a pensar en lo que ella me dijo porque es una idea que al menos yo, no me había planteado.

Nuestra mente batalla mucho con los conceptos, a veces estamos en una lucha constante entre aquellos conceptos que han sido establecidos por la sociedad y los propios. Así somos los humanos, seres complicados. A veces ya no sé ni que pensar, con eso de que el amor cada vez esta más devaluado. 

Realmente no he tenido mucha inspiración para escribir, así que solo pasé a compartirles esta idea para que me digan su opinión. Saludos.

martes, 11 de septiembre de 2018

Aceptación




Ayer fue mi cumpleaños y he decidido entrar a un status que yo llamo de "reinicio". Después de varios sucesos en mi vida, he comenzado a aceptar algunas cosas. Y debo decir que "aceptar" no es uno de mis fuertes. Para los que me conocen, saben que yo tengo control issues. En mi cabeza "tener el control de las cosas" o de las situaciones me hace creer que tengo la certeza sobre algo, y a veces, cuando tengo mis momentos de "iluminación" me doy cuenta de que eso es, un tanto rídiculo, porque creo que la vida es todo menos certeza. Por ahí leí, hace algún tiempo, quién sabe dónde, que quizá la vida sea solo un conjunto de eventos aleatorios y ya, que realmente no todo tiene que significar algo y bla bla bla. Puede ser.... o puede ser que no, y ese es mi punto, no hay certeza sobre nada.

Es entonces cuando me planteo la idea de la aceptación. La idea surgió como un "inception". Y comencé a desarrollar esa semillita. En algún momento de la vida te das cuenta de que debes de aceptar ciertas cosas porqué sin importar cuando desees que fueran como tú quieres simplemente no lo serán. No puedo controlar las infinitas variables que me rodean. Quizá lo único que pueda controlar es mi misma. Los efectos de las causas. 

Es tiempo de aceptar que la vida sigue y que hay que capítulos que se tienen que terminar. Quizás duelan. Quizás dejen un aprendizaje, quizás una cicatriz. Quizás debemos aceptar que hay cosas que están destinadas a no ser. 

La aceptación nunca me ha gustado, porque a mi parecer, raya en el límite de la resignación, y eso es algo que no va con mi ímpetu. No sé, es algo difícil de explicar, pero es como si a veces me moviese en contracorriente. Y sin embargo, aquí estoy, haciendo las pases con el tiempo, aceptando cosas que no eran para mí, personas que ya no pueden estar conmigo aunque yo lo quisiera, cerrando etapas que fueron un gran aprendizaje pero a las que ya no debo regresar. Es tiempo de aceptar y moverme en otra dirección. Abrir nuevas puertas.  

Quizás sea tiempo de desprenderme de esa idea de la certeza. Porqué, la vida no es una certeza, quizás la vida, como dijo Calderón de la Barca , la vida es sueño.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Hagamos las paces




Para los que siguen el blog desde hace un tiempo, se habrán dado cuenta de que tengo la ligera sensación (o paranoia, quizá) de qué estoy desfasada en el tiempo. Siento que, sucesos que a mi consideración debieron de haber ocurrido antes en mi vida, lo están haciendo apenas ahora. Quizás esta sera el motivo por el cual siento que no he sabido como manejarlas por completo, y porque he tenido ciertas reacciones "juveniles" respecto a ellas. Siento que, varias de estas situaciones, era para que pasaran antes, en una etapa más temprana. A veces siento que toda esta idea es ridícula. 

Muchas personas me han dicho que "las cosas suceden a su debido tiempo", y aunque sé que tienen buenas intenciones, a veces no puedo evitar pensar si eso será verdad o simplemente es una forma de consolarnos. La neta no sé, y creo seguirá siendo un misterio, hasta que podamos viajar en el tiempo y podamos comprobar si en verdad esas situaciones ocurrieron cuando tenían que hacerlo.

En fin, el punto es que, dado que acerca mi cumpleaños, he decidido hacer las pases con el tiempo. La verdad es que nunca sabre porque los sucesos ocurrieron en ese momento, creo que es momento de aceptar que ocurrieron y seguir. De todas formas no puedo cambiarlos. Así que he decidido que este desfase (si es que existe tal cosa) ya no me afecte. 

En este nuevo ciclo de mi vida, he decidido también, en enfocarme más en mi yo espiritual. Cada quién tiene una opinión diferente sobre que es la "espiritualidad" y es respetable, bien saben mis contactos que yo siempre he respetado esa parte de sus vidas. Entonces esta parte también la manejaré yo misma de acuerdo a mis perspectivas y creencias.  Así que supongo que haré algunos cambios, en fin ya veremos que sucede.

Siento como si estuviera saliendo de una dimensión para internarme en una nueva. Una donde ya no voy a pelear con el tiempo, aunque existan múltiples factores que me recuerden que estoy desfasada. Querido tiempo, hagamos las paces.

Namasté.

domingo, 2 de septiembre de 2018

El día en que descubrí que no eras como yo pensaba


Aún recuerdo el día en que descubrí que no eras quién yo pensaba. Crash! Escuché como si cayera un vaso de vidrio en el suelo y se rompiera en mil pedazos. Así de aplastante fueron la realidad de los hechos. Lo debí de haber previsto, debí hacer caso a mi intuición, pero mi apego ciego y mi esperanza vaga me dijeron que me hiciera de la vista gorda y que confiara (una vez más) en ti. La estocada final, la que más dolió, terminó con la batalla. Al fin, me tuviste en el piso y desde ahí pude verte a la cara, y en tus ojos pude ver el reflejo de lo que siempre supe, pero que me negaba a aceptar. Tú, mientras tanto, me veías desde arriba, tu posición favorita, derrotada, y te regocijabas. El corazón debía latirte con fuerza, después de todo habías ganado la batalla. Ahora puedo reconocerte como un maestro del esgrima, con tus perfectos movimientos bien trazados, perfectamente calculados en una danza en la que llevabas la ventaja.

Te quitaste la máscara, y fue en ese momento, en que supe que todo estaba perdido. Quería levantarme y felicitarte, pero no tuve las fuerzas para hacerlo. Me habías vencido. Ahora no me quedaba más que curarme las heridas. Me miraste, como siempre lo hacías, y después te marchaste. La batalla había concluido. Ahora necesitabas una nueva que librar, aunque ambos sabemos, que la más difícil para ti, es la que tienes contigo mismo. 

Dejé que el dolor corriera. Dejé que las heridas ardieran, porque sabía que algún día iban a cicatrizar. Así que las mantuve al rojo vivo, necesitaba que se desangraran para liberarme. Recuerdo que ese día, tomé un baño, y que el agua me supo salada, como las lágrimas que había derramado. Admito mi culpa. Ahora reconozco mis fallas. Creé expectativas, construí un mundo de caramelo dónde no había más que azúcar amargo. Fue mi error, mi fantasía (sí, como dice la canción).

Quise ganar una batalla dónde sabía  claramente que llevaba las de perder. Los que observaban nuestro duelo me lo dijeron claramente, abandona la partida! Vas a perder! Lo gritaban pero yo los ignoraba. Todo parecía menos importante a menos que fuera contigo. Pero eso ahora ya no importa.

Aún recuerdo el día en que descubrí que no eras quién yo pensaba, y nunca lo fuiste. Eras una creación de mi mente, que te creaba una personalidad superpuesta de todo lo que yo quería que fueras. Quién eres, lo sabes solo tú, o eso espero al menos. Fuiste una creación divina de mi mente, con todos los atributos  que muy pocos pueden poseer, un sueño de los dioses. Me sorprende lo maravillosa que puede llegar a ser mi imaginación. No debí crearte, debí aceptarte. Debí de aceptar desde mucho antes que perdería, debí aceptar que eras como eras y que nunca serías como yo deseaba que fueras, debí aceptarte y alejarme, porque el mundo que había creado para los dos jamás podría existir en la realidad. Pero a veces me dejo llevar por mis pensamientos, me divago. 

No voy a escapar a mi culpa, los castillos en el aire fueron de mi autoría, por crear expectativas y por un sinfín de cosas más. Sin embargo, ahora te libero de mí, gracias por el aprendizaje, ahora eres como un Yoda para mí. Es tiempo de avanzar, de seguir el camino. Ya puedes sumar mi derrota a una más de tus victorias. Lamento haberte puesto atributos que no tienes, virtudes que no posees y creerte perfecto.  Lamento haber convertido la realidad en una fantasía.  Lamento haberte hecho mi Romeo cuándo claramente yo no era tu Julieta. A mi favor solo diré que son tendencias de escritores.
Pero no te preocupes, ahora que sé como eres, ahora que el mundo de caramelo ha desaparecido, te libero de mis pensamientos. Lamento haberte querido convertir en inmortal cuándo claramente prefieres la banalidad. Mi error.

A veces cierro los ojos y me acuerdo de ese día, el día en que descubrí que no eras como yo pensaba, el día en que se me derrumbaron los sentimientos, y se me rompió el corazón. El día en que te convertiste en recuerdo. Y pienso que era necesario que lo hiciera, que te pudiese ver así, sin tapujos, desnudo, tu verdadero yo. Porque a veces necesitas cerrar los ojos para abrirlos a la realidad.