lunes, 5 de septiembre de 2016

Un lugar de princesas...




No recuerdo que mis padres me llamaran princesa. Yo tampoco recuerdo haber querido ser una, de hecho a mí me gustaba disfrazarme de Batman, o de la Mujer Maravilla. Admito que veía las películas de Disney y que era una gran fan, pero nunca llamó mi atención el querer disfrazarme o el querer ser una princesa. Quizá el feminismo ya venía implícito en mi genética. Tal vez.

Conforme pasaron los años me fui alejando del concepto de princesa y diría que llegué a convertirme en lo contrario,  Tal vez era una forma de rebeldía, o quizás mi yo interno liberándose. Lo cierto es que el concepto de princesa se convirtió para mí en un término obsoleto. Me di cuenta que los cuentos de hadas no son la realidad, y que el "vivieron felices por siempre" no aplica para todas las historias, Las historias sobre princesas comenzaron a parecerme aburridas, y empecé a buscar aquellas en las que las protagonistas no fueran perfectas, en el que fueran guerreras que luchaban por ideales y no solamente por un perfecto castillo a lado de un príncipe.

Y sin embargo, vivo en un lugar de princesas. Vivo en una sociedad en la que aún se imponen conceptos sobre las mujeres, sobre como deberían ser, y al final me he dado cuenta de que las educan para ser princesas. Porque es lo correcto, lo mejor, porque así debe ser, porque solamente así encontrarás a tu príncipe azul. Y la idea se me hace fría y banal. 

Dónde queda todo lo demás? Los ideales personales, los sueños, y las metas? La superación personal? La educación, las ganas de aprender, de cultivarte para ti y para nadie más? 

Vivo en lugar de princesas. Y a veces no puedo evitar preguntarme si la equivocada soy yo. Entonces pienso en que quizá tengo que descubrirlo, tengo que viajar, tengo que perderme, que sumergirme y después surgir hasta llegar a ese lugar que estoy buscando, a donde vamos las que nos rehusamos a ser princesas. No lo sé, pero me dan ganas de intentarlo.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Work of Fiction: Hechizada...

Nos abrazamos, pero sentí que este no era como los otros. Había una especie de expectativa alrededor de nosotros, como si todo eso que no habíamos querido decirnos estuviera a punto de estallar. Yo quería estar cerca de él una vez más, aunque sea por un instante.

La ansiedad y los nervios me carcomían. Tenía tantas ganas de tener su cuerpo cerca del mío. La sola idea me hizo sentir un vuelco en el estómago.

Nos abrazamos y en cuanto chocó su cuerpo con el mío sentí un choque eléctrico recorrerme el cuerpo. En en se momento me di cuenta de que lo deseaba más de lo que me gustaría admitir. El olor de su perfume me erizó la piel, esperé que él no lo notara,

Sabía que esta sería la ultima vez que lo tendría así de cerca, y que quizá después pasaría mucho tiempo antes de volver a vernos. La idea me aterró. Había tantas cosas que no le había dicho, que nunca pude decirle por falta de valentía, por miedo al rechazo y ahora ya no había tiempo. Me reproché el haber sido tan cobarde. Suspiré.

Llegó el momento de soltarnos. Observé sus ojos café. Un atisbo de valentía se asomo en mi mente, empujándome a decir todas aquellas cosas que había estado evitando.

-Yo...- empecé.

El choqué de sus labios con los míos me detuvo de inmediato. Mi cerebro se paralizó y entonces reaccioné de la única manera que se me ocurrió hacerlo, también lo besé. Con cada instante que pasaba el beso se convertía en algo salvaje, se iba transformando poco a poco en deseo, como la suma de todos los besos que no nos habíamos dado.

Me sujeté a su cuello y dejé que su boca se aveturara por mi cuello y mi pecho. No quería pensar e nada más, tan solo en su boca y en las reacciones que me provocaba. Me empujó sobre la pared y me volvió a besar. Yo sentía que me derretía. Nunca había tenido esa sensación. Me sentía como hechizada, con cada beso mi cuerpo decía bajo su encanto.

Quería decirle que no se fuera, que se quedara y que yo estaría con él por siempre, bajo hechizo, Pero las palabras no salieron de mi boca. Sus manos se deslizaron por los tirantes de mi vestido, bajándolos. Cuando sentí su boca en mis senos, gemí.

Lo jalé hacia mí y me hundí en el olor de su perfume, dejé que me hipnotizara como si estuviera bajo el efecto de alguna droga. Besé su cuello. Agarró mi trasero y colocó mis piernas alrededor de cadera. Yo sentía demasiado calor, no sabía si era el lugar, el hecho de que todavía llevaba puesto el abrigo de piel o lo que estábamos haciendo. Tal vez era la combinación de todo eso.

Mi boca empezaba a tener sed pero alejé ese pensamiento porque solo quería concentrarme en este momento. Una sensación me sacó de mis pensamientos, como cuando te despiertas de repente. Escuché su respiración entrecortada en mi oído, enterré mis uñas en su espalda. Me hundí en un espiral borroso presa de todas las sensaciones que él me provocaba.

Sentí que ambos nos habíamos liberado, que nos habíamos dicho sin palabras todo lo que habíamos guardado durante tanto tiempo. No sabía que pasaría entre nosotros, pero si estaba segura de que quería seguir bajo su hechizo.

****

Nota: Esta es una historia de ficción, cualquier parecido con la realidad o la surrealidad es pura coincidencia.

lunes, 29 de agosto de 2016

Brain...





Solía dedicarte canciones de amor,
Versos llenos de añoranza
Tan solo eran esperanzas vanas
de un amor imaginario

Eras nostalgia
Iluminando mis noches
 Ahora te has convertido
en el veneno de mis días

Fue solo un juego,
una fantasía
un deseo que se evaporó
a la velocidad de la luz.

Sueño dulce, 
del que no quería despertar
pero he abierto los ojos
y he visto la realidad.

Music by Banks - Brain
Text written by me.

sábado, 27 de agosto de 2016

De vuelta!

Han sido unas largas semanas, llenas de trabajo en las que tuve que poner en espera el blog :'(  Pero al parecer ya estaré de vuelta por aquí. :)

Mientras tanto, dejaré esto por aquí:

Debe ser un placer utópico entregarse a la locura,
ser libre, sin ataduras.
Entregarse a la vida,
disfrutar sin esperar.


Namaste.



martes, 9 de agosto de 2016

Ordinario...


Hay en días en que te levantas triste sin ningún motivo, o eso es lo que creía. El día de ayer me pase buscándole sentido a esa tristeza, y cada idea que proponía mi mente la rechazaba. Tal vez era solo el día? Quizá. Entonces lo supe. Era algo tan "normal" que por eso se me había escapado en un principio, pero al final lo supe: era la rutina.

Si hay algo que nunca me ha gustado, es precisamente. la rutina, la monotonía de los días al pasar haciendo lo mismo una y otra vez me parece deprimente, y sin darme cuenta, o al menos no conscientemente, en eso se están convirtiendo estos días. Y entonces me puse a pensar en como cambiarla, porqué la sola idea de tener que acostumbrarme a ella me parece intolerable.

El problema, al menos para mí, es que se hace "normal", se convierte en la idea de como debe ser la vida, en tu zona de confort.... y la idea del cambio se torna peligrosa.

No soy fan de lo ordinario, siempre he creído que todos necesitamos algo extraordinario en nuestra cotidianidad, algo surreal, algo maravilloso, algo que rompa esa rutina.  "Ordinario" es un adjetivo que nunca me ha gustado.

Tan solo queda salir en busca de lo extraordinario.


lunes, 1 de agosto de 2016

Autoaceptación...


Con el paso del tiempo he aprendido que la aceptación de uno mismo es algo clave para la felicidad. La aceptación debería nacer con nosotros, debería ser inherente y no algo contra lo que tuviéramos que batallar, pero así y no puedo evitar porqué. Quizá sea en que las demás personas siempre esperan más de nosotros, y nosotros, a su vez, en el afán de no defraudarlas vamos convirtiéndonos en otras personas. No siempre es algo negativo, el cambio también es algo importante para nuestra felicidad, sin embargo, muchas veces el complacer a los demás no nos complace a nosotros mismos.

Yo al igual que un sin número de personas he batallado con esto, y con las infinitas comparaciones sobre como debería ser. Aún pese a saber que es importante la autoaceptación, he recibido muchas "sugerencias" sobre lo que debería cambiar, y yo también he llegado a preguntármelo. Autoaceptarse no es fácil, al menos para la mayoría, requiere de un proceso largo que puede incluir varios episodios de tristeza. Yo también tuve que atravesar "un período oscuro" para aceptarme a mí misma, y creo que aun tengo varias cosas en las que tengo que trabajar. A veces preguntar si el autoaceptarnos no es un proceso hacia la evolución.

Recuerdo que cuando vi la película de "Silver Linings Playbook", Tiffany, uno de los personajes mencionó que ella amaba todas las partes de sí misma,  incluso su parte "zorra", y finalizó con una pregunta: cuántos pueden decir eso? Y es cierto, pero una película no es lo mismo que la vida real. Esa frase ha perdurado en mi mente y a veces me pregunto si algún día llegaré al grado de aceptación de Tiffany.

Quizás la autoaceptación sea la forma de entender este mundo tan surreal.