domingo, 29 de septiembre de 2019

Historia de un amor oscuro



Aún recuerdo la primera vez que lo vi. Estaba parado junto al balcón con esa pose tan particular que lo caracterizaba, el pie izquierdo flexionado detrás del derecho y las los brazos cruzados. No miraba nada en particular. Un arete pendía de su oreja izquierda y le daba cierto reflejo a la mitad de su cara. Vestía completamento de negro; los jeans algo deslavados, la playera negra con una imagen en colores neón y una chamarra de cuero.Yo salía del salón y su imagen me golpeó como un choque, fuerte e inevitable. En mi cabeza le he puesto miles de canciones como soundtrack a ese momento. Quisiera decir que éramos el uno para el otro, pero lo cierto es que no lo éramos, ni lo somos ni lo seremos. Estos son quizás, los últimos recuerdos que me quedan de él.

I was dark, but he was darker.
No voy a relatar el intermedio porque no importa demasiado. La primera vez que lo besé supe que esa era el sabor que quería probar toda mi vida. Agridulce, exactamente como él. A veces cierro los ojos y aún puedo recordar la sensación de su piel. Pero esta no es una historia de amor, nunca lo fue. Yo siempre he sido un caos, y quizás por eso es que lo atraigo. Estaba mi rota, pero tal vez esa fisura era el único lugar por donde me entraba un poco de luz. Mi madre nunca lo entendió, no sabía porque yo era así, e intentó arreglarme, muchas veces, lamento que sus esfuerzos no hayan funcionado. Yo quería ser su luz, pero ambos éramos oscuridad. ¿Cómo puedes ser la luz de alguien si tu también estás en la penumbra? 

Besos y Sexo. Queríamos salvarnos, pero ambos estábamos demasiados dañados para hacerlos. Éramos ladrones, nos robábamos la felicidad del otro creyendo que construiríamos un paraíso. Era el Clyde de mi Bonnie. Buscábamos desesperadamente la luz en el otro pero siempre bailábamos al borde del abismo. Nos apresurábamos a un completo caos sin retorno.Y aún así, para mí era un hermoso caos.

Nos perdíamos en la habitación, no necesitábamos más que cigarros y rock. Yo bailaba al ritmo de su canción favorito, mientras él me contemplaba en las sombras. Discutíamos y gritábamos, y después nos besábamos como si no hubiera un mañana. Hasta que un día todo se rompió.

A veces me pregunto como sería todo si aún estuviésemos juntos, pero ahora él se ha convertido en fantasma de mis versos, y yo en una memoria que resucita cada dos años. Ahora no somos más que un sueño, un recuerdo, pero a veces él viene a mi mente, sobre todo cuando escuchó esa canción. 

Yo sigo siendo un caos, y él probablemente también. Es nuestra naturaleza. Éramos oscuridad sin balance. Y ahora solo queda nuestra historia, la historia de un amor oscuro.

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Nota: Esta historia es ficticia, no se encuentra basada en ninguna persona real. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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