miércoles, 7 de octubre de 2015

Besarte...

Me quedé con ganas de besarte, y lo digo así sin más porqué es cierto. Por ahí dicen que nada nos pesigue más que las cosas que no hicimos o dijimos. Y a veces al recordar ese momento, esa oportunidad, ese instante en el que pudé besarte quisiera decir sí, y quitarme los miedos, las ideas absurdas y todo lo demás que pasaba por mi cabeza en ese momento. Pero no se puede retroceder el tiempo.

A veces pienso en el sabor que hubiesen tenido tus labios en ese momento. Vodka. Dulce. Con un toque de adrenalina. A veces piendo en como sabrán ahora. Cigarro. Vino. Dulce. No me queda más que adivinarlo. Acaso hubiera cambiado algo? Un beso siempre es un parteaguas, nada vuelve a ser lo mismo. Un beso es una sacudida a nuestra mundo, que crea y que destruye, un instante que puede abrir nuevos caminos.

Que seríamos ahora si hubiese ocurrido?
Porque en este momento no somos más que dos extraños, observándonos desde lejos, separados por kilómetros, mientras seguimos con nuestras rutinarias vidas. 

A veces cierro los ojos e imagino besarte, mientras nos fundimos en un a brazo y el tiempo se para. No hay más tic tac, no hay nadie más. Y pienso en la posibilidad de que tal vez algún día...

Lo confieso, me quedé con ganas de besarte.


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