martes, 16 de junio de 2015

El dilema de las etiquetas

En una reciente conversación que tuve con una amiga por whatsapp entramos en un dilema, llamado el dilema de las etiquetas. Si, esa etapa de nuestra vida en la muchas personas se vuelven "anti-etiquetas" y sienten aversión a quedar dentro de alguna categoría. Sin embargo, pese a lo mucho que éstas etiquetas no nos gusten, nos sirven para simplificarnos la vida.

El problema de no "etiquetarse" dentro de algo es que nos quedamos con la duda de que somos. El ser humano por naturaleza busca identificarse con cierto grupo de personas con los que tenga intereses afines. No es nuestra culpa, ya viene en nuestro código genético. Pero con la nueva "cooltura" surgió la idea de ponerle fin a las famosas etiquetas, y quizá como acto de rebelión esta bien, pero al final siempre buscaremos autodefinirnos. Y eso es algo que comúnmente pasa con las relaciones. Creo que si tuvièramos el valor de llamar a las cosas como son, nos ahorraríamos un sin número de problemas y confusiones. Y creánme que nos ahorraríamos el tener que decir o escuchar la tan famosa frase: Qué somos?

Y es que al final todos perseguimos una etiqueta, pero nos cuesta trabajo aceptarlo. Algunas van tras la etiqueta esposa o novia, otr@s por la ingeniro, doctor, dentista o también mamá o papá. En fin, todos a final buscamos pertenecer algun grupo porque así somos, y esta bien. Entonces porqué nos gusta complicarnos la vida?

La parte positiva de las etiquetas consiste en qué nos ayudan a establecer límites, mientras que no daber qué somos, nos da un sinfin de posibilidades de hacer y y deshacer, por eso es que es tan importantes comunicarnos. Y creo que esa es la palabra clave. Comunicarse.

La parte negativa de las teiquetas, en el cual nosotros mismos hemos influido es el hecho de segregar. Si, desgraciadamente, las etiquetas también han sido utilizadas para juzgar y dividir a la gente en sectores, que muchas veces pueden ser discrimatorios. Y es precisamente en este contexto, donde las etiquetas han ganado su mala fama. Porque independientemente de que color de piel tengamos, que tanto dinero poseamos o cuántos kilos marque la báscula al pesarnos existe una etiqueta que no podemos quitarnos y esa es la de humanos. Personas.

Las palabras juegan un papel primordial en nuestra vida, y por eso es que el lenguaje es un arte. El problema es que no sabemos utilizarlo o no queremos utilizarlo bien y es ahí cuando todo se desmorona. Desarrollar una buena comunicación parece un obstáculo que pese a todos los años transcurridos no hemos podido superar.  Y al final no sea cuestión de etiquetarnos ni de etiquetar a los demás, sino simplemente de saber quiénes somos y qué queremos.





Y la pregunta que ahora queda supendida en el aire es: eres pro-etiqueta o anti-etiquetas? 

#dilemasdelnuevosiglo

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