sábado, 18 de febrero de 2017

El vacío...


A veces me siento vacía. Como si en mi interior se formara un gran agujero que debo llenar. Pero no sé como empezar, y a veces me siento demasiado agotada para hacerlo. A veces pienso, que quizás necesite ayuda para hacerlo, pero pronto descubres que esa tarea no le interesa a nadie, y que tienes que hacerlo sola, como casi todo en esta vida.

A veces siente como la melancolía va envolviéndote el corazón, y sientes un tristeza infinita que es a la vez maravillosa y agotadora. Y vas caminando con esa sensación de vacío a diario, tratando de que no se haga más profunda, y te dices a ti misma que lo solucionarás, que solo es una etapa, que todo volverá a la normalidad, aunque "la normalidad" no sea lo que deseas.

A veces admites que te sientes atraída por ese vacío, y quisieras lanzarte a explorarlo pero sabes que podía resultar peligroso, porque no sabes la profundidad que tiene, y quizás al principio sea claro pero con cada metro que sumerjas se puede ir volviendo más oscuro.

Todos te dicen que vas a estar bien, que es solo "una fase" y que estás exagerando demasiado. A veces prefieres ya no decir nada.

Comienzas a creer que el vacío es parte de ti y que tienes que aprender a sobrellevarlo. No sabes si algún día volverá a llenarse ese gran hueco o estará ahí para siempre. Comienzas a cuestionarte si es parte de tu ADN.

Sabes que el vacío no puede ensancharse, porque podrías vaciarte por completo. Tan solo queda esperar, dejarlo que se llene poco a poco, aunque la espera a veces puede volverse frustrante.

Espera, tiempo, vacío. Tiempo y vacío, dos conceptos unidos por la física, porque en el vacío el tiempo es interminable, es eterno.



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