lunes, 21 de diciembre de 2015

Chica rara...

Hace unos días una compañera de trabajo me hizo el comentario de que yo era una chica rara. No es la primera vez que me dicen rara, de hecho, me lo han dicho muchas veces y con el paso del tiempo he aprendido a tomarlo como halago. Yo, al igual que Sutter Keely, acepto la rareza. Creo que las cosas raras siempre le ponen la cereza al pastel. 

Cada vez que me llaman "rara", el contexto siempre varía. Y esta vez, fue precisamente, el contexto lo que llamo mi atención. Y es antes, mi compañera, me había la pregunta del millón: "porqué no tienes novio?" No tuve tiempo de responder (aunque sinceramente no había cruzado una respuesta por mi mente) cuando ella dijo: "es que usted es rara". Creo que en mi rostro se dibujo un gran signo de interrogación porque me pregunté que quería decir con eso. Pase un tiempo pensando en su comentario y tal vez he encontrado la respuesta, pero eso lo dejaré para otra entrada. Mi pregunta es, es que acaso los raros no tenemos derecho a enamorarnos?

Infinidad de películas y series de televisión pasan por mi mente. Es cierto, los raros no tenemos suerte en el amor. La mercadotecnia nos ha convertido en unos fenómenos de los cuales cuesta mucho enamorarse. Tal vez llegué tarde a la junta en la que propusieron el modelo estándar para las personas que pueden enamorarse. Que parámetros deben seguirse en las cuestiones del amor? Rayos!

Si eres raro, y esto puede definirse de múltiples formas, estás condenado a ser "foreveralone", o al menos eso ha decretado la sociedad. Aunque sinceramente ese me parece una mierd@. 

Se acercan fechas navideñas, y yo propongo un brindis por la rareza. Salud!


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