A veces me gusta tirarme sobre la cama y escuchar música. Música y ya, nada más.
Porque a veces no encuentras palabras para explicar lo que sientes, y entonces debes dejar que la música lo haga por ti.
Apagó mi mente y me dejo llevar por la melodía, las notas, los acordes, las notas, las voces... por todo ese conjunto maravilloso que me transporta a otro lugar.
Y siento poco a poco como va invadiendo mis sentidos, se mete por mi piel y me corre por las venas. Fluye dentro de mí, como una fuerza cósmica que me ayuda a liberarme.
Y me rió, o lloro, bailo o solo permanezco inmóvil, dejándola que me hipnotice.
Intento guardar cada momento en mi memoria, pero son demasiados, y tan solo me dejo llevar.
A veces quisiera guardar cada canción, como un gran lista del soundtrack de mi vida. Porque no podemos negar que la música nos acompaña, y que hay un sinnúmero de canciones que nos traen recuerdos, que tienen nombre y apellido.
Existen aquellas canciones que nos hacen llorar y también hay otras que nos ponen de buenas. Tal vez la música sea la forma de comunicarnos con el universo.
Cierro los ojos y me concentró con la música. Y pienso que es un buen día para recordarte.
Me he liberado de ti.
Se dice fácil, como si nada. Como si no hubiera recuerdos o esperanzas.
Pero créeme que no ha sido fácil.
En un momento de lucidez, lo entendí y te dejé ir.
Te liberé, me liberé, nos liberamos.
Los grandes filósofos siempre han dicho que la libertad es muy complicada para los humanos,
porque siempre nos atamos a demasiadas cosas: a personas, a recuerdos, a cosas...es cierto.
Quizás sea naturaleza, o quizás educación lo que nos hace difícil soltar.
Y heme aquí, con una parte libre de mí,
abriendo los ojos y tratando de entenderla.
Como todas seguramente irá acompañada de lágrimas, pero con la esperanza de un nuevo comienzo.
Siempre pensé que las ataduras no eran para mí, pero al fin y al cabo soy humana, sin embargo, a veces llegas a ese punto en el que sabes que es tiempo de deshacer el nudo.
Mentiría si dijera que no voy a extrañarte, tal vez lo haga algunas noches,
tal vez aparezcas en algún poema, pero los tal vez no son certezas.
Solo me queda decirte que te deseo un buen camino,
porque hoy inicio el mío,,,liberada.
Una vez vi en una entrevista que le hicieron a Carlos Fuentes, que "el escritor da sí lo que él mismo ya no podrá recuperar […]eso ya no te pertenece, le pertenece a los lectores" y estoy de acuerdo con él. Y es que esto de escribir parece fácil pero no lo es.
Cada vez que te embarcas en busca de algo que escribir, te embarcas en un viaje sobre ti mismo: ya sea un recuerdo, una idea, una plática reciente... lo que sea que te inspire a escribir, y eso lo plasmas y lo publicas, porque deseas compartirlo, para que alguien lo lea... y eso pasa a formar parte ahora del mundo, de todas aquellas personas que lo leen. Has compartido una parte de ti, y sabes que ya no volverá. No digo que sea algo malo, porque para escribirlo tienes que estar dispuesto a hacerlo.
A veces me pasa que tengo uno de esos famosos "bloqueos" y tengo lapsos en los que ya no sé de qué escribir, siento que la musa se ha ido y que no sé cuando regresará. Supongo que es normal. Y pasan los días, hasta que regresa en forma de una plática o una anécdota, o un pensamiento que habita en tu subsconciente, un sueño o en algo que leíste o viste. Es difícil saberlo, pero cuando llega sientes el deseo de tomar la pluma o el teclado y escribir.
El escritor tiene que recurrir a su memoria o a su curiosidad, y también a eso que me gusta llamar "proyecciones del subconsciente", y con esto me refiero a jugar con los tiempos, a suponer, a imaginar, a cambiar las cosas que no puedes en la realidad pero que siempre te preguntas como hubieran sido si algo hubiese sido diferente. A construir o destruir. Todo es cuestión de viajar a esa misteriosa parte de nuestro cerebro llamada subconsciente.
Lo fantástico de escribir es que te permite hacer eso que no puedes en la mayoría de trabajos, vivir al borde de la fantasía y la realidad.
Ayer tuve un momento de lucidez. De esos que te toman desprevenida, pero en los que puedes comprender mejor el significado de ciertas cosas. Un pensamiento cruzó por mi cabeza: "tal vez no seamos el uno para el otro". La idea vino como un relámpago, e iluminó con fuerza mi subconsciente. Tal vez todo este tiempo he estado equivocada, y las señales que yo creía ver, no eran más que coincidencias malinterpretadas por mi y mi idea de que podríamos ser algo.
No me sentí triste, de hecho me sentí muy racional, como si todo ete tiempo que había guardado esa esperanza hubiese sido una locura y por fin desperté a la realidad. Y comencé a ver, a pensar en todas esa cosas en las que no somos compatibles, y lo que pensé que nos unía comenzó a separarnos. Tal vez solo había sido una creencia, tal vez solo era una idea que me ayudaba a mantenerme en las nubes. No lo sé. Es algo extraño racionalizar los sentimientos.
Después de ese momento, sientes como tus pies golpean con el suelo, pisando tierra firme. Y un sentimiento de nostalgia te invade, porque flotar en el aire es algo increíble, pero estás de nuevo sobre el concreto, y es una sensación extraña. Tal vez sea el desenamoramiento, ni siquiera sé si existe esa palabra.
Porqué será que no sientes la misma euforia al flotar que cuando aterrizas? Miro de repente hacia arriba, hacia tu recuerdo, con una sensación de nostalgia infinita, y mientras camino vuelvo a caminar mi mente me dice que aún existe la esperanza de volver a flotar.
Quisé hacer estar entrada solo para compartir algunos cosas sobre mí, cosas que probablemente nunca me preguntaran. ;)
Esto ya lo he dicho algunas veces, y como es el dato más familiar creo que es con el dato que voy a empezar. Si, tengo tres libros que han influido mucho en mi, hasta el momento: "Un Viaje a la Luna" de Julio Verne, "Comer, rezar, amar" de Elizabeth Glbert y "La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera. Los tres los recomiendo.
"La persistencia de la memoria" de Salvador Dalí es mi pintura favorita, ojalá tenga la oportunidad de verla alguna vez. "Noche estrellada" de Vincent Van Gogh también me gusta mucho.
Soy Virgo, y me identifico con la mayoría de las características de mi signo.
Tengo un gusto ecléctico para la música, y es una cualidad que le agradezco a mis padres. Escucho desde música clásica hasta rock.
Mis flores favoritas son los alcatraces y los girasoles, y creo que empatan en el uno, sin embargo, he descubierto que también me gustan los claveles rosas.
Me considero una persona honesta, sin embargo, lo considero una virtud y un defecto al mismo tiempo. A veces decir la verdad te puede meter en problemas.
Mi color favorito es el negro, de hecho, mucha de mi ropa es negra. Al principio creí que la gente exageraba cuando me decía que me vestía mucho de ese color, hasta que vi el tendedero lleno de ropa oscura. Desde entonces he tratado de ponerle color a mi guardarropa.
Creo que no puedo decir que tengo una película favorita, pero me han gustado mucho "500 days of Summer" y "Medianoche en París".
Mi película animada favorita es "La Bella y la Bestia". La adoro.
Me encanta leer, aunque creo que eso todo mundo lo sabe ;)
Si, este es mi blog, y la mayoría de las cosas las escribo yo, salvo aquellas en las que indico a los autores.
Me gusta el café pero no lo tomo en las noches porque me produce insomnio :(
Mi debilidad son el chocolate y la coca cola. Si, son malos vicios.
Me considero feminista, pero parece que eso es muy polémico. En fin, ya escribí sobre esto.
Hace unos años me diagnosticaron TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y lo sobrellevo, aunque a veces es un poco frustrante.
Tengo miopía, eso no quiero decir que no vea cuando alguien esta cerca de mí.
No me gusta los celulares touch, y de hecho si por mi fuera no tuviera uno, pero en fin...
No me gustan las selfies.
Me gusta jugar domino.
Por el momento se me ocurren estas, quizás algun día haga la parte dos ;)
Me gustaría compartir algunas frases que últimamente rondan por mi cabeza y en las que he estado pensando. A veces puedes encontrar confort en las palabras de otros.
"A veces tienes que romper el esquema de lo que eres" - OP
"Se valiente. Ve a donde hay dolor. Ve a donde hay placer. Busca crear en palabras el mundo en el que desea vivir" - Anne Rice
"Escribe algo que valga la pena leer, o bien, haz algo sobre lo que valga la pena escribir" - Benjamin Franklin
"No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero sí eliges quién te lo hace. Me gustan mis elecciones" - John Green
"Pour pourself a drink, put on some lipstick, and pull yourself together" - Elizabeth Taylor
Constantemente escucho la queja de "es que eres muy intensa"... y entonces me he puesto a pensar, desde cuando lo intenso es algo malo?
Y es que me parece que vivimos en un mundo contenido, un mundo que, por alguna razón que desconozco, no quiere lidiar con los sentimientos, si no que parece querer dar la impresión de ser perfecto. Quizás la era de las redes sociales ha contribuido a eso, acaso no vemos miles, no, millones de fotos de gente que aparenta una vida feliz? Si y nosotros parecemos contribuir a eso. "No publiques tus problemas porque a nadie le interesan" es lo que veo en mi fb casi todo los días. Y en nuestra mente sucede algo al ser bombardeada constantemente con frases como esa; reprimélo todo, bloquealo hasta que desaparezca.
Vamos por la vida con un apariencia de falsa felicidad mientra que por dentro estamos a punto a explotar. De vivir intensamanente pasamos a vivir controladamente. La importancia que ha ganado estar bajo la vista de los demás no ha autoimpuesto una muralla, una censura que tenemos que respetar por las apariencias.
Vivimos en un mundo en el que el dolor y la tristeza deben ser reprimidos porque no va con la necesidad de demostrar que somos felices. Y la intensidad con todos sus matices pasó a ser algo malo. "Finge hasta que desaparezca" parece ser nuestra nueva frase de vida.
Vive intensamente, desata tus emociones, que cada sentimiento tiene su momento. Si, sentir mucho se puede volver agotador, pero es parte de nuestra naturaleza, de poder unir pensamientos con emociones, y eso es lo que nos hace humanos.
Estábamos sentados sobre la cama. La ligera brisa del aire agitó la cortina, y se coló por la habitación, suave y fresca. Suspiré.
- No quiero que te vayas- le dije, sabiendo de antemano que eso no cambiaría su respuesta.
-Tengo que.
Guarde silencio. Sentía que el tiempo pasaba demasiado lento. Él tomo la cajetilla que estaba sobre la mesita de noche y encendió un cigarro.
-Quizás si hubiera sabido de ella desde el principio - agregué, con la voz entrecortada.
-No lo hubieras aceptado.
-No lo sabemos.
-Es complicado.
-Acaso no todo lo es?
-No quiero hablar sobre filosofía.
-Ni yo, quiero hablar sobre nosotros. - Dicho esto me recargué sobre su hombro. El calor de su piel me trajo a la mente un sinfín de recuerdos. No quería que se marchara.
Permanecimos en silencio un instante. Era abrumador, Había tanto que decir pero ninguno parecía encontrar las palabras. Es como si ambos tuviéramos miedo a quebrar este momento. Bajé de la cama y me coloqué de rodillas frente a él. Quería, necesitaba mirarlo de frente. Guardar cada detalle de sus hermosos ojos.
-Volverás a enamorarte.
- Lo sé.
-Se volverá loco por ti. Y yo me volveré loco por saberlo.
-Nos amamos.
-Hay muchas clases de amor.
Cada frase que decía se hundía en mi corazón, pero sabía que tenía razón. Lo comprendería algún día, pero no en este momento. Me abrace a él, y sin poder evitarlo más, las lágrimas comenzaron a salir.
-No llores, por favor.
"Como no hacerlo?" pensé, si se me estaba rompiendo el corazón. De un momento a otro, la tristeza se esfumó y le dio paso a esa fuerza inevitable que nos hace perder el control: los celos. Me levanté y comencé a tirar todo lo que encontraba a mi paso, cada objeto desahogando mi furia, mientra yo preguntaba porqué sin obtener una respuesta.
Él se levantó tras de mí y me abrazó por la espalda. Comencé a calmarme. Sentí su aliento en el cuello y su mano comenzó a recorrer mi hombro, pasando por mi cintura, llegando hasta mis muslos.. y entonces se detuvo. Yo quería que continuara, pero sabía lo que seguiría y no quería que terminara así. Me rehusaba a que nuestra historia terminara como un cliché más.
-Porqué sucedió así?
- Tiempo - fue su respuesta.
Me giré y lo vi de frente, nuevamente. Sus ojos reflejaban la luz del amanecer de una manera hermosa. Volvía a tener razón. El tiempo nunca había sido mi aliado, yo siempre intentaba alcanzarlo pero él siempre parecía huir de mí. Me sentía como Alicia persiguiendo al conejo blanco, siempre llegando tarde.
-Crees que nos volveremos a ver?
-Sí.
Me dio un beso en la frente y volvimos a la cama. Encendió otro cigarrillo y dio una calada. Pensé en que quizá si pudo haber sido diferente pero en otro mundo, en este mundo, estabamos a estar separados, al menos en distancia, porque siempre estaríamos unidos de corazón.
Lo observé, repase cada uno de los tatuajes que adornaban su piel, aspiré su aroma. Quería grabarlo en este momento, para siempre en mi memoria. Me observó. Tomó mi cara entre sus manos y soltó el aire del cigarro. Yo lo espiré con mi boca. Nos besamos. Sentí el sabor de tabaco en su boca. Habíamos evitado besarnos, porque no queríamos que nuestra historia terminara de manera tan típica, como en los cuentos de hadas, solo que sin el "felices por siempre". Quizás eso lo hacía más poético. Después él se marchó.
*****
Me encontraba sentada en el mirador. La vista del mar era impresionante, reflejaba un azul intenso con destellos dorados, era un espectáculo maravilloso. La fuerza del viento me golpeaba en la cara y me agitaba el cabello. Agite los pies descalzos y sonreí, era una sensación mágica. El sonido de un auto me saco de mi ensueño
Una camioneta se estaciono cerca de donde me encontraba. Bajaron dos niños y sus padres. La made llevaba unos lentes oscuros y parecía contenta. El padre llevaba una gorra y se me quedo viendo. Yo lo observé detenidamente, y lo reconocí. Repase con la mirada sus tatuajes y supe que era él. Se acercó hacia mi. Nos saludamos.
-Así que...- comencé, pero las palabras se me cortaron. Solo sonreí nerviosamente.
-Sí - agregó, siempre con sus características frases cortas.
-Es ella - él asintió - es linda.
-Te dije que te volverías a enamorar. - señaló mi mano, específicamente mi dedo donde tenía el anillo de compromiso. Sonreí.
-Siempre fuiste buen adivinador.- esta vez el se rió.
-Tengo que irme.
-Curiosa elección de palabras - me miró, pero había en él un poco de nostalgia - Sé feliz.
-Tu también.
Regresó con su esposa, tomaron unas fotos y se marcharon. Por primera vez tuve la sensación de haber llegado puntual a mi cita con el tiempo.
Me subí a mi auto y comencé a conducir hacia mi casa. Puse una pista en el radio y un montón de sensaciones comenzaron a apoderarse de mí. Comencé a llorar. Detuve el auto y deje que el mar de sensaciones se apoderara de mí. Llore un buen rato.
Cuando conseguí calmarme conduje de nuevo hacia el mirador. Estacione el auto y saqué un sobre de la guantera. Era una carta. El día que se había marchado me había dejado una carta, me dijo que la leyera cuando estuviera lista. Había pasado mucho tiempo desde ese día.
Caminé hasta el mirador y contemplé la vista. Pronto sería la puesta de sol. Me senté de nuevo y aabrí el sobre. Por alguna extraña razón sentí que la escena se me hacía familiar. Al sacar la carta me llegó un olor a tabaco, era como si parte de él se hubiera conservado en esa hoja de papel. Susiré y comencé a leer:
"Querida Sofía,
Sé que ya habrá pasado mucho tiempo para cuando leas esta carta. Confió en que estés bien. El día en que me marché quise decirte tantas cosas, pero bien sabes que siempre he sido un hombre de pocas palabras, ese es uno de mis tantos defectos. Tienes razón debí hablarte sobre ella desde el principio, quizás las cosas hubieran sido diferentes, pero no quería perderte. Quizás lo consideres egoísta de mi parte, pero sabes que no es así, tu me conoces demasiado bien. Y henos aquí. Te perdí, y eso me causa un profundo dolor. Quizás no te lo dije suficientes veces, pero, te amo. Siempre lo hice y siempre lo haré.
Alguna vez te dije que hay muchas clases de amor en este mundo. Existe el amor fraternal, que nos une a nuestros amigos, a nuestros hermanos y a nuestros padres. Hay amor que vive en silencio. Hay amor imposible. Hay amor a distancia. Hay amor de pareja. Hay amor platónico. Los conocemos, los hemos vivido. Son parte de la vida. Pero hay también otra clase amor.
Existe esa clase de amor que te cambia para siempre.
Esa clase de amor, que te hace levantarte todas las mañanas y dar lo mejor de ti.
Esa clase de amor que te hace ir a la cama, pensando que el mundo es un lugar maravilloso.
Esa clase de amor que atraviesa cada por cada poro de tu piel, traspasa a las células y te llega al corazón.
Ese clase de amor que te hace llorar y reír.
Esa clase de amor, que te rompe y te revive a la vez.
Esa clase de amor que te da vida, y te hace suspirar cada noche.
Esa clase de amor, que sabes que a partir de ese momento ya no serás el mismo, serás mejor.
Esa clase de amor que traspasa las barreras del tiempo, que desafía la distancia y se ancla por siempre en tu corazón y en tu memoria.
Esa clase de amor que sabes que cerrarás los ojos y lo recordarás hasta el último día.
Esa clase de amor que te acompañará todos los días de tu vida.
Tu me enseñaste esa clase de amor. Sé que suena a cliché y que tu detestas los clichés, pero tenía que decírtelo. Y quizás nadie entienda nuestra historia, pero no me importa. Solo basta con que nosotros lo hagamos. No estés triste por mí. Cada día pienso en ti y sé que lo haré hasta el último día que viva. Desafiemos la distancia, desafiemos al tiempo. Anda y sé feliz."
Quise llorar pero sonreí. Tenía razón, no importa que nadie entendiera nuestra historia, solo nosotros. Me percaté de que el sol ya se había ocultado. El tiempo pasaba demasiado rápido. Respiré profundamente y regresé al auto. Conduje hacia casa, y no pude evitar sonreír. Me sentí feliz.
Nota: Esta es una historia de ficción. Cualquier parecido con la realidad o la surrealidad es pura coincidencia.
Todo se siente raro últimamente. O tal vez no. Quizás sea solo yo y mi perspectiva melancólica del mundo que me rodea. A veces quisiera tener esa sensación de lucidez en la que todo parece tener sentido, en la que vez claramente como son las cosas. Pero no, no tengo esa sensación. Al contrario, todo parece revuelto, y un tanto melancólico.
No he podido evitar pensar en la transformación, en la necesidad de cambio. Lo más fácil sería viajar y desconectarse un rato del mundo, tener un poco de tiempo siempre ayuda, sin embargo, cuando no puedes hacerlo tienes que buscar alternativas,
He tenido lapsos en los que me veo a mi misma, pero no ahora, sino de como me gustaría ser, bajo cierta perspectiva. No podría decir que solo hay una perspectiva, porque estoy segura de que si utilizara otra, el color cambiaría. Al final todo es cuestión de perspectiva.
Es entonces cuando pienso en si debería transformarme en ese perspectiva. Pero la pregunta viene siempre con muchas más, nunca con un simple si o no. Hay tantas cosas a considerar. O tal vez solo sea indecisión o miedo. Los cambios siempre son misteriosos y un tanto complicados, pero también son fascinantes y llenos de aprendizaje.
Quizás siempre nos vamos por el cambio externo porque es, hasta cierto punto, más sencillo. En cambio, el interno, requiere de mucho más. Quizás mi mente aun no esta muy clara, quizás la idea del cambio se esta gestando, como una pequeña semilla.
Es apenas un quizás queriéndose convertir en una certeza.
Siguiendo con el post anterior, he querido hacer una lista, a título personal, de algunas cosas que tal vez no sigan las requisitos sociales. Aquí vamos:
-Quizás nunca me case.
-Gente de mi edad y mayores que yo me dicen que ya debería tener una casa, un auto, y un empleo estable.
-No me gustan las zonas de confort, creo que tengo un espíritu nómada.
-Detesto la rutina.
-Muchos me dicen que "establecerse" debería entrar en mi vocabulario, pero yo siempre la cambio por "viajar, viajar, viajar"
-Me gusta la soledad.
-Acepto la tecnología, pero siempre opto por pasatiempos vintage,
-Debería escuchar solo un tipo de música, y seguirla devotamente por siempre, pero soy ecléctica.
-Que debería dejarme crecer el cabello, porque ya saben, soy una chica, y todas deberíamos tener el cabello largo, porque "es más sexy".
-Que deberían gustarme las cosas rosas y lindas, en vez de tan "dark".