lunes, 24 de febrero de 2020

Lo que me enseñó mi crush


Hola queridos lectores. He estado alejada de mi blog porque tengo toneladas de trabajo, y la neta ahorita debería estar trabajando pero uno tiene que tomarse un break, así que mientras tanto voy a liberarme en e este espacio. Como ustedes saben, yo solía tener un crush. Y hablo en pasado porque ya esta más pa'lla que pa'ca, ya estoy más en fase del olvido que en la fase cursi. Como se imaginaran pasé por mi etapa de duelo, me deprimí y pensé porque rayos la cosa no fluía con él. La respuesta es simple, como ya lo dijo OP, estamos en diferente sintonía. Así que una vez que esta idea logró entrar en mi cabeza y la acepté, comencé a obsesionarme cada vez menos con él. Y creo que por fin he llegado al punto, en el que puedo hablar de él en pasado. 

Lo cierto es que si él hubiese querido lo hubiese intentado, no hay nada más que decir porque la realidad es así de cruel. Y sin embargo, el aceptar eso me ha hecho reflexionar un poco más allá sobre todo esto de los gustos, el amor y las parejas. Honestamente, voy a dejar por la paz ese asunto, supongo que llega un momento en el que te cansas (o al menos así me esta pasando) de intentar que la otra persona sienta lo mismo que tú, y hago énfasis en "intentar" porque la verdad es que no podemos hacer nada respecto a eso, sino más bien, dejar que las cosas fluyan. 

Por el momento me voy a dedicar a fluir, y no me encuentro interesada en nadie, como dice OP, esa persona llegará cuando tenga que hacerlo, ahorita tengo varios planes y toneladas de trabajo en los que distraerme, así que voy a trabajar en ellos y voy a trabajar en mí, porque esto último es un trabajo constante. También, mi cerebro ha decidido que lo mejor es dejar eso en paz hasta que llegue alguien con quien la cosa sea mutua, que tenga las misma ganas de rifársela conmigo. Y es que las cosas a medias están dejando de interesarme, porque antes me decía que yo debía esmerarme o esforzarme más pero muchas veces nunca fue recíproco. Entonces ya no tengo la disposición para entrar en esas ondas.  Ya busco otras cosas y mi idea de una pareja ya no es la misma que tenía hace cinco años, así que vamos a ver que pasa.

Que bueno que mi ex-crush me puso en este estado reflexivo, y quizás eso era precisamente lo que necesitaba entender. Goodbye.

domingo, 9 de febrero de 2020

Ahoy!


Si han leído las últimas entradas de este blog, saben de sobra que me mudé por causas laborales, y saben también que el lugar dónde estoy viviendo actualmente no me gusta. No daré muchos detalles pero si les puedo decir que me encuentro alejada de la civilización. Donde vivo ahora no hay cine, ni plazas, ni siquiera oxxos, entonces si, llevo meses sin ver una película y he dejado de checar las carteleras porque me deprime. A veces entro en tanta frustración que me pregunto porque carajos sigo aquí o si de verdad el trabajo en el que estoy vale tanto la pena como para seguir en este lugar. Después de que se me pasa, trato de tranquilizarme y pienso en OP diciéndome, que tengo que aprender de esto?

Y es entonces cuando empiezo a buscarle el ojo al gato. Y me doy cuenta de que cada vez que piso mi ciudad, mi pueblo de donde soy, lo disfruto y lo valoro mucho más. Cada vez que voy, que no es tan a menudo como quisiera, me maravillo por cosas que antes ni tomaba en cuenta, el olor de la brisa, la vista del mar, las ondas de calor, la forma en que corre el viento, el cielo azul y la majestuosidad de las palmeras. Todo me parece más colorido, y quiero grabar cada cosa en mi mente. Incluso hacer las cosas más normales que la gente hace me parecen diferentes para mi. A veces me dan ganas de gritarles "hey dejen de de ver sus estúpidos celulares y contemplen su alrededor! Acaso no ven la forma en que el aire agita las hojas de esas palmeras? es un espectáculo maravilloso!" pero me abstengo, y mejor, porque me lo guardo para mi. Compro un chilate y me lo voy tomando por la calle tratando de ver más allá, almacenando en mi memoria las nuevas cosas que tiene mi ciudad para que, cuando me siento desesperada, cierre los ojos y pueda dibujarla en mi mente.

Lo cierto es que, aunque no me gusta el lugar donde estoy ahora, eso no significa que me quede aquí para siempre. Nada es para siempre, y lo único que prevalece es el cambio. Estoy aprendiendo muchas cosas, estoy descubriendo cosas sobre mí que antes no me había percatado, y quizás necesitaba alejarme de todas esas distracciones para poder concentrarme en mí. Quizás en cuanto complete el proceso esté lista para irme, para ya no de nuevo a mi ciudad, porque aunque la quiero y la extraño, el corazón me dice que debo girar el timón. Así que mientras llega ese momento, estoy arreglando el barco, sanando la grietas, ajustando las velas y revisando que quede bien para cuando sea el momento de zarpar.