miércoles, 24 de julio de 2019

Las historias breves...



Últimamente me he puesto a pensar en las historias breves. Si, aquellas que, a pesar de haber durado un corto período de tiempo, han dejado una marca en nuestras vidas. Esas historias breves a las que volvemos de cuando en cuando ya sea para buscar confort, porque nos hicieron felices, o para evitar que se escapen de nuestra memoria. 

Cuantas veces no hemos deseado que esas breves historias hubiesen sido más largas? Cuantas veces no hemos deseado poder regresar el tiempo y extender esa historia un poco más? aunque sea por unos segundos. Y sin embargo, es por ese motivo que regresemos a ellas, las atesoramos porque al ser breves queremos recodar con la mayor nitidez posible cada instante, cada detalle, cada aroma, cada sonido, queremos que perdure en nuestra memoria.

A veces rebuscamos en nuestra propia mente, los motivos por los que esas historias fueron tan breves. Quizá por errores, quizá por azares del destino, quizá porque solo era una etapa necesaria para que nosotros pudiéramos aprender algo y evolucionar, quizá porque los demás personas ya no querían participar en ella, o simplemente porque quizá así tenía que ser. Quizás nunca lo sepamos a ciencia cierta. 

Lo cierto es, que esas historias breves, se vuelven parte de nosotros, de nuestra historia, y en algún momento llegamos hacemos una tregua con ellas, y las aceptamos como parte de un recuerdo, y ellas a su vez, se aparecen de vez en cuando para recordarnos algo, hacernos reflexionar o simplemente para hacernos sonreír. 

Las historias breves son un suspiro, y aun así, permanecen con nosotros, porque a veces no es el tiempo, sino la sensación.

miércoles, 3 de julio de 2019

All by myself...


Conforme van pasando los años, poco a poco te vas dando cuenta de que la soledad comienza a convertirse en algo frecuente. Cada vez cuesta más trabajo hallar tiempo para ir con tus amigos al cine, o al café, o por un drink a un bar, y es difícil no solo por el trabajo y los distintos horarios, sino, porque también, como es la vida, se van casando, juntando, teniendo bebés y después los hijos crecen, y ca vez hay menos tiempo... Es normal, es parte de la vida. Lo raro es cuando tú eres la rara porque no has realizado estas cosas del matrimonio y de los hijos, y entonces te das cuenta, de que tu círculo de amistades esta demasiado ocupado para hacer planes. Y llega un momento en el que lo tienes que aceptar, y que tienes que aceptar también, que la soledad es parte de la vida.

No es que me cueste estar sola, porque disfruto hacer muchas cosas en soledad, pero quizás no he hecho las pases al cien por ciento como yo creía. Haciendo un rápido análisis mental, me he dado cuenta de que hay cosas que no he hecho por mi cuenta, como por ejemplo, viajar sola, y quizás sea necesario comenzar a ver esto, de manera diferente, no deprimente, sino con una nueva perspectiva.

Aunque hay ocasionas, debo admitirlo, en que me siento como Bridget Jones, en esa escena dónde esta con sus amigos y ella es la única soltera, y es el bicho raro de la habitación. 

No me malentiendan, no quiero sonar egoísta, porque entiendo perfectamente que esto es parte de la vida, simplemente, es un aspecto que poco a poco se ha ido presentando, pero que cada vez se vuelve más presente, y que hasta este momento me esta llegando un poco, como si fuera un momento de self-realization, en el que de la nada te das cuenta de algo que antes no habías percibido, no sé si me estoy explicando. En fin.

Muchas veces he pensado que cuando sea mayor, y sea una solterona (ríanse por favor), me dedicaré a escuchar ópera, leer muchos libros, tomar mucho coñac y cuidar de mis veinte gatos, pero rayos, mientras eso llega, hay que disfrutar la vida, si nos tocó recorrer el camino solos, también debemos disfrutar el viaje.

Por cierto, si alguien gusta invitarme a fiestas donde haya mucho coñac, sepan de antemano que acepto para ir practicando. Saludos!