No sé si ya lo he mencionado antes, pero si no es así les voy a compartir algo: yo no quería estudiar lo que estudié. Vamos a rememorar un poco. Cuando era niña tenía los típicos sueños de ocupaciones que a esa edad tienes. Yo quería ser astronauta, al principio, pero después pensé que eso demasiado peligroso, y decidí que era mucho mejor ser astronomía. De hecho hasta tengo un telescopio y toda la cosa, esta guardado pero algún día, en mi retiro, lo sacaré y me pondré a observar el cielo nocturno mientras me tomo una copa de whisky, pero ya me estoy desviando del tema. El punto es que esa idea permaneció un buen rato en mi cabeza. Después pasé por otros carreras, pero fue en la secundaria en la que realmente me dije que lo que a mi me gustaba, me apasionaba era la historia de México. De verdad, historia era mi materia favorita, siempre sacaba 10, y era en la única que participaba por voluntad propia.
Para cuando llegué a la prepa, estaba muy segura de que quería estudiar Antropología e Historia. Yo ya me veía en las pirámides excavando y encontrando fósiles antiguos, con el típico traje de los que vemos en las películas. Pero lamentablemente esto no sucedió, porque mis padres no estaban de acuerdo con mi elección. No los culpo, porque ellos tenían la idea de que esa carrera no era bien retribuida económicamente en México, y aceptémoslo, que carrera lo es? Solo la política, pero eso es tema para otra entrada. Siempre me dijeron que esa no era carrera, sino un hobby. Así que, sin el apoyo de mis padres, y tristemente decidí decantarme por otra carrera.
Haciendo una retrospectiva, lo único que a veces me da un poco de recelo, es el hecho de que, si hubiese aprobado el examen de admisión en la UNAM para esa carrera, la de Antropología. Y lo sé, porque presenté el examen para otra carrera, pero no alcancé los puntos, pero para la otra si me alcanzaban. A veces pienso que hubiese sido una buena antropóloga o arqueóloga o paleontóloga. Me obsesioné tanto, que durante un tiempo, pensé que solo me casaría con alguien que fuese de carrera, jajajajaja wtf.
Desde ese entonces no he leído nada de historia, me alejé, pero no sé realmente la razón. Pienso que fue por que no tenía mucho tiempo, mi carrera era muy absorbente, pero ya no he vuelto a sumergirme en el mundo de la historia porque quizás todavía siento un poco de nostalgia por lo que pudo haber sido, y no quiero recordarlo. No lo sé, pero no he vuelto a abrir un libro sobre eso. Ya dirá el tiempo si algún día regreso a ello. Ah y si se preguntan que carrera estudié al final, fue Bioquímica.
Esta entrada no es la que tenía planeada escribir, pero lo considero un preludio necesario para la que sigue, así que hasta aquí la voy a dejar para que no sea tan larga. Por cierto, me animé a escribir sobre esto gracias a mi compadre, el conejo pestilente, que también tuvo una experiencia similar. Los invito a leer su blog, les dejo el enlace aquí. Saludos.
Ay comagre, pos ¿qué le puedo decir? cuando esté sola ponga una música tranquila, póngase cómoda, un buen vino tinto y ese material visual que nos vuelve locos: "México prehipánico" ufff, enséñame esos códices papu hahaha. Gracias por la mención y póngase a leer como hobby a ver si descubre sus viejas pasiones por la materia en cuestión.
ResponderEliminarHola señor conejo! Si yo creo que un día de estos haré el intento de retomar la lectura con algo relativo a Historia de México. Saludos!
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