miércoles, 4 de agosto de 2021

De evolución y terapia

Recuerdan cuando en su clase de Biología le hablaron sobre la evolución? Recuerdan que les dieron el ejemplo de las jirafas de cuello corto y de cuello largo? Y cuando les hablaron de como el humano proviene del simio? Pues me alegra mucho que lo recuerden, los felicito por haber puesto atención en su clase, pero no  hablaremos de eso en esta entrada. Quizá nos ayudemos de algunos conceptos, pero no nos estaremos enfocando en la evolución desde el punto de vista biológico, sino de la evolución personal.

En muchas ocasiones les he hablado que yo atravesé por un período de depresión muy intenso, ya eso tiene bastantes años, y sin embargo fue una etapa que me llevó a evolucionar. Una de las cosas positivas de mi depresión es que fue por ella que fui a terapia, y puedo decir, al día de hoy, que eso fue un parteaguas en mi vida. Hay un antes y un después de mi, después de haber tomado terapia. Desde ese momento, he sido pro terapia y me parece que, debería ser considerada imprescindible en nuestra evolución personal. Sin embargo, creo, que aún existe mucha controversia sobre esto. La mayoría la cree innecesaria o como un lujo, cosas de gente rica. Estoy de acuerdo en que, si efectivamente, ir a terapia no es algo barato, y estoy consciente de que, desafortunadamente, no muchos pueden acceder a ella. Yo inclusive, no es algo que haya llevado de manera continua.

Antes de seguir, voy a decir algo. Ir a terapia es duro. No es solo ir a sentarte y decirle todos tus problemas a un desconocido (que claro, eso es parte de) y tampoco es algo mágico, después de una consulta el psicólogo o psiquiatra no te va a dar la respuesta de todo. Tienes que hacer mucho, MUCHO, trabajo interno. Tienes que sincerarte contigo mismo y eso implica aceptar y decir cosas que no queremos. Y no solamente es encontrar la raíz del problema, sino que una vez que llegas a ese momento revelador del porqué tal cosa te afecta o porqué eres así, o lo que sea, vienen las tareas, Y eso, pfff, es mucho trabajo. Trabajo que en muchas ocasiones no vamos a querer hacer, pero que si queremos cambiar aquello que ya no queremos, tenemos que hacerlo. Cambiar de hábitos, de pensamiento y de perspectivas, y dejar tu zona de confort no es fácil, pero es esclarecedor y vale 100% la pena.

Ir a terapia  no garantiza la perfección, pero si nos ayuda a cambiar. Y precisamente ese el punto al que quería llegar. Debemos aceptar que lo único permanente es el cambio, por más irónico que suene. Entonces cada vez que nos aferramos a algo (sobre todo a algo que sabemos que ya no funciona) no nos estamos permitiendo evolucionar. No nos estamos dando la oportunidad de ver otras opciones porque nos atamos a lo que creemos que "así es como debe ser".

Yo solía tener muchas ideas equivocadas, y estoy segura de que al día de hoy tengo algunas que lo están y que debo trabajar en ellas. De hecho en la entrada antepasada les contaba que tengo esta sensación de estancamiento, que deseo cambiar y que me hace preguntarme cual es el siguiente paso en mi evolución.

Claro que, en muchas ocasiones la evolución no depende de nosotros. A veces si nos damos cuenta de que hay algo que debemos cambiar, pero muchas veces, es por circunstancias que nos vemos en la necesidad de ello. Y es que sin duda, el entorno juega un papel esencial para la evolución, tanto la propia como la biológica. La vida es un constante cambio, un ruleta de azar, que te cambia el juego constantemente y que te obliga a cambiar, pero no puedes ponerte muy cómodo, porque de nuevo, todo puede cambiar, para muestra este acontecimiento que estamos atravesando y que nadie vio venir.

Habrá ocasiones en que la vida misma nos dirá "hey tienes que cambiar esto" y nosotros nos rehusemos, pero quizá nos volverá insistir, porque también nosotros insistimos en permanecer en algo que ya no da. 

Voy a cerrar esto diciendo que, si algún día pueden, asistan a terapia, neta que si ayuda, al menos yo no he conocido a nadie que no le haya ayudado en algo. Bueno, hasta la próxima. 😉

2 comentarios:

  1. Quiero ir a terapia pero necesito encontrar a una psicóloga sexy, y podrá sonar a broma sin embargo no lo es, ajeno a que soy un cerdo machista y superficial —que sí lo soy— cada uno elige a sus doctores, dentistas y si se puede entrenadores en el gimnasio y pos yo creo que si se pudiera elegir usted también elegiría a alguien bien parecido y no tanto por que usted sea una cerda feminista y superficial —que no lo es, ¿o sí? haha no se crea comadre es broma no se me vaya a ofender— sino porque no sé dónde leí que las personas atractivas hacían que nosotros los feos nos soltáramos más y tuvieramos más confianza y ya sincerándonos y todo; es mejor un espcialista bien parecido que uno por ejemplo feo y grosero, casi casi una voluntaria del seguro social con mala leche.

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    1. Hola señor conejo, pues fíjese que a mí me sucede lo contrario, osea yo no busco un psicólogo sexy, creo que si encontrara uno así no tendría la confianza de abrirme. Ahora que lo pienso casi siempre he preferido doctoras, quizás porque me siento más en confianza y comprendida, aunque estoy consciente de que el estudio es, al final, lo que cuenta. En fin, deséeme suerte encontrando a mi (nueva) terapeuta. Saludos!

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