Hola de nuevo. Esta semana ha sido cansadísima, y siento que el tiempo se me ha ido volando. Esto de volver al trabajo, la verdad es que si me ha pegado, me desacostumbré y ahora estoy en el proceso de re-adaptarme, pero bueno vamos al punto porque ya me estoy desviando del tema.
Como les conté en la entrada anterior (si no la han leído, por favor háganlo, siento que entenderán mejor esta entrada), yo no estudié la carrera que quería. Mis padres me dijeron que sería mejor opción estudiar una carrera científica, porque eso era el futuro, y aunque estoy de acuerdo, vivimos en México, un país al que, tristemente, no le interesa la ciencia. Pero vamos por partes.
Después de aceptar que ya no estudiaría antropología, opté por estudiar Bioquímica. La verdad es que mi nueva carrera me causaba mucho nerviosismo porque suponía que no iba a ser algo sencillo, lo cual confirmé al ver la retícula. Honestamente, la universidad fue muy estresante (y también una de las mejores etapas) porque tenía que entender ( o por lo menos tratar) un montón de fórmulas químicas, reacciones, procesos bioquímicos, gráficas e interpretar datos y pruebas al por mayor. En serio que a veces me sorprende que me haya graduado de esa carrera, porque recuerdo que al ver los nombres de algunas materias como ingenieria de biorreactores, operaciones unitarias y mecánica de fluidos me quedaba con cara de what? 😕
En serio, había ocasiones en que no entendía ni papa y tenía que ir a la biblioteca y leer, leer y leer. Muchas cosas las tuve que aprender sobre la marcha y por mi cuenta y/o con ayuda de mis amigos. Pasaba días sin dormir para sacar las tareas y los proyectos, además de redactar muchísimos reportes de prácticas y pese a todo eso les voy a decir algo....la bioquímica es bien bonita.
Durante todo el proceso que fue estudiar la carrera, le fui agarrando amor. Poquito a poquito, me fui enamorando, descubriendo y aprendiendo cosas extraordinarias. Hoy puedo decir que la ciencia cambió mi vida. Realmente no sé si sea una cuestión propia de la carrera, o mejor dicho de la ciencia, pero creo que mi forma de pensar cambió, quiero decir que mi proceso de pensamiento cambió. La ciencia me brindó conocimientos y herramientas que nunca hubiera conocido si no hubiese sido por ella. Y esto no solo lo digo en lo que respecta a lo que aprendí en la carrera, sino de manera general. La ciencia me enseñó a interpretar datos, discriminar la información, ser escéptica y no dejarme llevar por todo lo que veo y leo, aumentó mi curiosidad y mis ganas de aprender, cambió mi perspectiva en muchas cosas y me enseñó que debo ver las cosas en más de un ángulo. Pero sobre todo, me enseñó que no debo dar por sentado lo que sé, porque todo cambia, y hay infinitas preguntas y que cada día pueden surgir nuevas cosas y nuevas respuestas. Lo único que permanece es el cambio.
Agradezco todo lo que la ciencia me ha enseñado y que he podido aplicar a mi vida. A veces pensamos que la ciencia es algo que solo se limita al laboratorio, y que los que nos dedicamos a ella somos de mente cuadrada, y para nada. Así que aprovechando esta entrada, los quiero invitar a sumergirse en el maravilloso mundo de la ciencia, neta que las va a cambiar la vida. Ojalá que nos quitáramos la idea de que la ciencia es difícil, y la viéramos como una aliada, una amiga, algo que nos puede ayudar a evolucionar. Lo único que necesitas es curiosidad infinita.
Tss qué bonito comagre, pos sí, ojalá la gente se enamorara de la química en lugar de las computadoras, menos ingenieros dioses y más químicos carajo, oiga ¿y la comagre iR? ya no la he visto por aquí ni por mi bló. Ahí si la ve o la contacta me la saluda.
ResponderEliminarCreo que ya nos abandonó :(
EliminarPero yo le doy sus saludos. Estoy de acuerdo, ojalá más gente se enamorara de la ciencia.