Antes de iniciar propiamente esta entrada, me gustaría hacer un "disclaimer": Como ustedes saben, yo soy una fiel seguidora de la salud mental, creo que es tan importante como la salud física. Además ya les he contado de mi batalla con la depresión, así que una vez aclarado estoy, les quiero decir que esto que les voy a compartir no es un "método" que este probado clínicamente, o que le ayudará a todo mundo, en lo absoluto, tan solo es, una forma que me ha ayudado a sobrellevar mi situación actual y lidiar con mis episodios depresivos, pero si quiero decirles, que si alguien se topa con mi blog, y también esta pasando por una depresión, debe buscar la ayuda necesaria. Es lo mejor que pueden hacer. Ahora si, después de este largo disclaimer, hay que proceder al tema.
Como ya lo comenté antes, después de un largo período de cuarentena debido a la pandemia que estamos atravesando, he tenido que regresar a mi trabajo de manera presencial. Y sobra decir que no estoy nada emocionada al respecto. En las últimas semanas estuve pasando por un episodio depresivo, el cual me provocaba estrés y un odio (no hay otra palabra para describirlo) inmenso hacia mi trabajo. La sola idea de volver me desataba ira (a veces) y tristeza (otras veces). Pese a todo el berrinche mental que hice, heme aquí, de vuelta al trabajo, porque a pesar de todo, no tengo muchas opciones por el momento.
A lo largo de estas últimas semanas, he tenido que sincerarme conmigo misma respecto a mi trabajo, y por supuesto, he llegado a una conclusión que me pone en un serio dilema. Ciertamente no estoy contenta con mi situación laboral actual, y tengo un problema con ello. Lamentablemente, creo que mi trabajo y yo, tenemos una relación tóxica. porque aunque yo deseo ya no estar en él, por el momento no me es factible dejarlo. Decidí que, por el momento, no quería tener este conflicto mental porque me desgastaba mucho, y de vez en cuando aún lo hace, así que lo que procedí a hacer, fue una especie de "reseteo mental".
Aunque sé que esto es un remedio temporal, me ha permitido estar un poco más tranquila y poder estar más en paz conmigo misma. ¿Cuánto durará la tregua? No lo sé, porque el dilema sigue ahí, solo que ha sido desplazado hasta la parte trasera de mi mente (lo sé, porque de vez en cuando aparece para decirme que aun sigue ahí sin importar que yo lo finja que no). Entonces lo que he hecho, es establecer una serie de cosas (tareas) que me permitan o me ayuden a enfocarme en otras áreas que quiero mejorar en lo que encuentro una solución a este dilema. El pensar en esta lista de cosas que me he propuesto hacer, me distrae de darle mi energía a esto, y me he dado el plazo de un año, para encontrarle una solución. Les digo, no es una solución, es una forma de sobrellevarlo.
Esta estrategia me ha permitido ganar un poco de tiempo y tener algo de paz, aunque siendo sincera, hay días en que realmente me siento frustrada y ya quiero tirar la toalla. Pero entonces me detengo, cuento hasta mil, y trato de enfocarme en otra cosa. Claro que, de manera inconsciente, le pido a mi cerebro que empiece a correr el programa de alternativas, para que en conjunto, podamos encontrar una solución.
A parte de esto, dentro de i "reseteo mental" he tratado de darle otra perspectiva a la situación en la que me encuentro, y aunque no estoy conforme al 100%, al menos me permite mantener la calma que necesito. En fin, ya próximamente les estaré contando que onda con esta estrategia y si me esta funcionando o no. Hasta la próxima!
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