Ayer me acordé de él. Pero no en un plan romántico ni mucho menos. Una pregunta cruzó mi mente: Lo volveré a ver? Pero ya no con la esperanza de tengamos una historia de amor, sino más bien por curiosidad. Pienso que será de su vida, si es feliz con ella, en qué trabaja, que hace los domingos? Sí todo eso pasa por mi mente. Habrá algunos que me dirán que revise su face, pero no es tan simple, él no es de los que tiene face. Sí, por increíble que parezca. No sé si algún día nos toparemos, ni mi reacción si eso llegara a ocurrir, se lo dejo al destino.
Y hablando del destino, porqué será que vemos señales donde no las hay? y las que son pasan desapercibidas para nosotros. Sí, sé que esto de la interpretación no es nada fácil, y que nunca estaremos 100% seguros de haber interpretado algo bien, pero porqué es tan complicado? Rayos, quisiera que hubiera un curso de verano en el que te ensañaran, sería muy útil.
Camino a casa, pienso en mi amigo, y en el hecho de que ya no somos amigos. Y cada vez puedo percibir más la fractura entre nosotros, ensánchandose, como esos grandes bloques de hielo cuando se separan y cada uno toma su camino. Cierro los ojos y pienso: él y yo ya no somos amigos. A veces debo recordarme a mi misma que debo usar la conjugación en pasado con respecto a él. Tal vez suene duro decirlo, pero cada vez creo más que nunca lo fuimos. Ambos nos juzgamos demasiado, basándonos en percepciones equivocadas el uno del otro. Eso quiero decir que realmente no nos conocíamos mucho.
Mi cabeza es un nudo gigantesco que no consigo desenredar aún. No del todo. Pero sé que tengo que hacerlo, es el camino al cambio.
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