Esta no es la entrada que tenía pensada publicar, pero la neta quiero compartir con ustedes esto que traigo atorado en la mente. El tema surgió derivado de una conversación que tuve con una amiga, y fue complementado sabiamente ayer con OP en una plática nocturna que diría yo, fue muy productiva. Así que empecemos.
La platica surgió de que una amiga que me estaba diciendo, en pocas palabras, que no se sentía feliz con su vida en este momento, no sentía que la llenaba y se sentía un tanto deprimida. A ojos de la mayoría de las personas, inclusive yo, le dije que tenía todo lo que la mayoría de las personas desea tener, quizás no como ella quisiera, pero de una u otra forma lo tenía y que pensará en ello en vez de enfocarse en el hecho de que las cosas no estaban como ella quería. Debo decir que mientras estas palabras salían de mi boca, rebotaron en mí de una manera estrepitosa. Fue entonces que me surgió todo este debate mental, la eterna pregunta existencialista de ¿podemos algún día ser felices?
Esta pregunta ha sido respondida por muchos filósofos a lo largo del tiempo, así que si quieren algo más coherente, los invito a leer sus interesantes y un poco enredadas teorías, porque aquí solo van a encontrar mi opinión, lo cual ya sabemos que puede ser completamente errónea y que esta basada en mi punto de vista. Siempre he pensado que los humanos somos bien curiosos, por decir lo menos, porque aunque tengamos todo aquello que "en teoría nos debería hacer feliz" por alguna extraña razón nos obsesionamos con aquello que no tenemos. Y esto me causa bastante revuelo porque creo que todos llegamos a pasar por eso. Fue entonces que me puse a pensar en mi amiga, y en como a mis ojos ella tiene todo lo que se necesita para ser feliz (aclaremos desde ahorita, que hay muchas cosas mal en esta oración, pero eso es tema para otra entrada) y me doy cuenta de que esa es mi perspectiva. Hice el ejercicio de tratar de ponerme en los zapatos de ella, y me di cuenta de que, a sus ojos, ella podría, hasta cierto punto, querer algunas cosas que yo tengo y que en teoría, también, deberían hacerme feliz.
En ese momento me di cuenta de que los humanos tenemos problemas psicológicos cañones y que nos la pasamos, tristemente, añorando otras vidas, cosas que se ha acentuado más por las benditas redes sociales. A veces creo que es hasta dañino la cantidad de tiempo que pasamos en Instagram mirando y admirando la vida de las demás personas.
Constantemente olvidamos que la vida esta constituida por pequeños momentos, y que esos momentos son fugaces, pero que hacen que la vida valga toda la pena del mundo mundial. Hay veces en que he llegado a pensar que mi vida es demasiado aburrida, simple, y sin sentido, y es extraño pensar que puede haber alguien que quisiera estar en mi lugar. Racionalizar eso te pone un poco más las cosas en perspectiva. Pfff.
A veces parece, como si las cosas en verdad se alinearan. Después de tener esa plática con mi amiga que me desató todo este debate mental, vi la película de Soul (que se las recomiendo) y me di cuenta de que en verdad, todos compartimos esa idea de soledad, pérdida del sentido de nuestra vida e infelicidad, es un sentimiento tan universal que simplemente me dejó sin palabras. El ver la película me hizo pensar demasiadas cosas, y recordar otras tantas.
No sé, quizás las últimas entradas del blog han estado un tanto profundas, pero a veces es bueno hablar de estas cosas. Saludos!
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