A veces me pongo a pensar en las versiones de mi misma que he tenido a lo largo de mi vida. A veces pienso en ellas con cierta nostalgia porque cada una fue muy representativa de un período de mi vida. Hay veces, incluso, que me gustaría volver a ellas, pero eso es casi imposible, porque esas versiones de nosotros existieron en algún tiempo por distintas circunstancias, y esas son muy difíciles de volver a repetir.
Pienso en mi versión de puberta, media otaku, a la que le gustaba winnie pooh, hello kitty y demás cosas rosas. De hecho llegué a forrar mis libretas del colegio con estos personajes.
Pienso en mi versión adolescente, fiel fan de los Backstreet Boys, retraída, callada, nerd. Me negaba a usar vestidos o cualquier cosas que fuera reveladora. A esta edad pasé por mi primera depresión.
Pienso en mi versión universitaria, donde cambié bastante. Me empezaron a gustar las fiestas, me volví darks y sentía una fascinación por el symphonic metal que contrastaba demasiado con el reguetón de aquellos tiempos que bailábamos en las parrandas.
Pienso en mi versión queretana. Quizás la que más me ha gustado y la que más extraño. La gente que me conoció durante esa época me notaba distinta, más aventada, menos temerosa, más feliz. No conocía a nadie cuando me mudé allí y tuve la oportunidad de conocer personas extraordinarias con las que aún tengo contacto. Fue, sin duda, una época feliz, y por lo tanto, me he esmerado en volver a ella, a ser aquella yo, y sin embargo, no he podido conseguirlo. Quizás jamás retorne a esa versión porque como ya lo dije, esas fueron unas circunstancias que ya no se volverán a repetir.
Pienso en mi versión de Guanajuato. Una de la más extrañas de todas. Me sumí en la depresión y fue, en su mayoría una etapa triste, rescato algunos momentos felices pero si hago memoria lo que más permea mis recuerdos es una gran tristeza. Eso sí, aprendí mucho, y no solo sobre Biología, sino sobre la vida y ahora me siento un poquito (muy poquito) más sabia.
Y esta mi versión actual, la que aun no sé como definiría porque las circunstancias apenas están moldeando esta yo que está en construcción. Aún no se como será y como la recordaré en el futuro, por el momento les puedo decir que a veces, esta versión, es increíblemente impaciente y desesperada, y al mismo tiempo, eso mismo me empuja a buscar múltiples opciones y a buscar como moverme del lugar donde estoy. Quizás estas circunstancias moldeen una yo muy diferente a las otras anteriores, pero no lo sé todavía.
Y aquí esta el recuento de las versiones de mi misma, quizás no sean todas, pero si las que más recuerdo. Las futuras versiones son un misterio, pero tal vez un día, hagamos una segunda parte de esta entrada. Hasta que mi reporte.
tss qué buena entrada carajo oiga comagre ¿en qué parte de Guanajuato vivió? yo viví en Irapuato un tiempo y estudié en León, las peores etapas de mi vida cómo odie Irapuato, la gente de León toda mamona y pedante hasta más no poder, pero me gustó mi etapa de universitario solo en un departamento, mi soledad carajo.
ResponderEliminarHola compadre, yo viví en Guanajuato capital, pero solo por 5 meses. Saludos!
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