Esta semana me dio por la soledad. Decidí cerrar el facebook y empezar un período de reflexión. Por alguna extraña razón comencé a sentirme sola, extraña, alejada de ese mundo virtual, que suele parecer paridisiaco pero que me estaba llegando a cansar. No les ha pasado que a veces tanta perfección cansa? Llega un punto en el que simplemente ya no te lo crees. Eso es algo que en lo personal me costó mucho aprender, que nada es perfecto, mucho menos los humanos. Yo solía tener un ideal de perfección, de querer ser perfecta para los demás: perfecta hija, perfecta amiga, perfecta estudiante. En algún momento llegué a pensar que lo era, sin embargo, no me estaba dando cuenta que ese afán por querer alcanzar la perfección me estaba costando a mi misma. Sentirme feliz y ser yo misma era algo que no entraba en ese mundo de perfección. Pero sentía que los demás, para los que yo me esforzaba en ser perfecta, si eran felices.
Me costó tiempo y terapia el simple hecho de aceptar que no era perfecta y que nadie podía serlo. Sí, esa simple idea no podía entrar en mi cabeza, pero poco poco he ido aceptando cada una de mis imperfecciones, y vaya que son demasiadas. Con muchas ya he hecho las paces, pero hay otras que aún me es díficil aceptar. Quizás haya cosas que nunca llegué a asimilar por completo, o hábitos que no quiera cambiar, porque al final nadie puede ser perfecto. Y son precisamente esas imperfecciones las que te hacen ser tu mismo.
Decidí salirme un rato de ese mundo de perfección y pisar un poco de realidad. Necesito soledad. Necesito coger una libreta y plasmar mis pensamientos. Debo poner un poco de orden al caos que vive en mi cabeza. Debo averiguar que es lo que me esta molestando y cambiarlo. Debo escribir. Reinvertarme. Y reconstruir lo que él se llevo. Recomponer un corazón roto lleva tiempo. Cambiar uno mismo lleva aún más tiempo.
Muy buen post en reflexion.
ResponderEliminarLove,
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Muchas gracias por tu comentario! :)
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