Ya pasamos el día de Año Nuevo y es tiempo de volver a escribir. Quisiera decir que pasé el primer día del año reflexionando sobre mi vida y que ya tengo una lista de soluciones en marcha para renovarla. Pero no es así. Al contrario, siento que mi vida es como un nudo, de esos al stilo luces de navidad. Y no sé ni por donde voy a empezar.
Ayer fui a tomar un café con una amiga, y me encanta hablar con ella, porque nuestras conversaciones siempre tienen algo de extrañeza, creo que siempre rayan entre la ficción y la realidad. Diciéndolo más directo, a veces con algo fumadas. Entre café y café, empezamos a platicar sobre nuestras vidas y la falta de emoción en ellas.
Y es que a nuestra edad, quizás nos veíamos como algo distinto. No sé, quizás estamos en la pre-crisis de los 30's y nos pusimos a pensar en todas las cosas que no hemos hecho. Como hacer una aportación a la ciencia, o descubrir algo, o tratar de cambiar al mundo. Sí, eso con los sueñas de pequeñ@. No voy a negarlo, la plática me dio algo de nostalgia, porque cuando eres más joven piensas como serás, y cuando ves la realidad es como PUM! te pega. Te pega ver el hecho de que no has logrado muchas cosas que tenías en mente.
Pero no escribo para esto para autocompadecerme. Sino al contrario, para saber que es lo que tengo que cambiar. Porque no me imagino (y no quiero) tener ese plática cada año, pensando lo mismo, taza tras taza de café.
No sé por dónde empezar, pero tiene que ser algo parecido a las luces de navidad, hay que empezar a jalar lo hilos, para que el nudo se deshaga.
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