Vaya ya tenía tiempo que no escribía en el blog, revisando la fecha de mi última entrada, me di cuenta que ya tiene un poco más de un mes. La razón de esto es porque la neta es que no me sentía inspirada, y ya saben que yo necesito sentirme inspirada para sentarme, tomar el teclado y dejar que las cosas fluyan. Pues bien, después de unas merecidas vacaciones, de varios momentos en los que he tenido reflexiones bastante cañonas sobre mi vida que poco a poco les iré compartiendo por aquí, así como también mi momento "Tusa" porque pues la neta es que también me dio la depresión amorosa, pero ya estoy de vuelta. Empecemos con el tema.
Fíjense que en este tiempo que estuve desconectada del blog, y que estuve también en todas estas experiencias que les mencioné arriba, tuve un momento de iluminación, si esos que aparecen de vez en cuando para hacerte comprender ciertas cosas, y en aquél momento que tuve, me hice consciente del tiempo. Sí, así es, suena raro pero aquí les va. El tiempo es un concepto bastante complicado, tanto así, que tiene un sinúmero de definiciones diferentes, y sea religiosa, científica, popular y obviamente tenemos nuestra propia definición personal de este concepto. Entonces, a que me refiero exactamente con que me hice consciente del tiempo? Bueno, desde aquél momento de iluminación que tuve, he pensado que el tiempo de nuestra vida es muy corto. Lo sé, la idea suena bastante básica sacada de una película de Hollywood, pero es que en verdad el tiempo es bastante corto. Esa idea me pegó como un rayo, y me hizo pensar y hacerme consciente de muchas cosas. Me hizo pensar que el tiempo es demasiado corto como para que yo me la pase inmersa en la depresión, que es muy corto para que no disfrute aquellas cosas que me hacen feliz, que es muy corto para que no pruebe nuevas cosas, nuevos sabores. Que es muy corto como para no forjar nuevas amistades, conocer otras ciudades, otras formas de vivir. Que el tiempo es demasiado corto como para atormentarse todo el tiempo por que las cosas no pasaron como tu querías, o porque ahora piensas que si las hubieses hecho diferentes todo sería mejor. Que el tiempo es muy corto como para seguir deprimida por un wey que no me pela. Que el tiempo es muy corto como para no decirle a las personas que las quieres, darles un abrazo, demostrarles tu apoyo y brindarles buenas palabras. Que el tiempo es demasiado corto como para pasartela esperando. Que aunque en este momento no me alegra dónde estoy, es temporal, y que realmente todo cambiar, y cambiaré. Que la vida realmente es un suspiro.
Cuándo esta idea entró en mi cabeza y la procesé realmente me cayó el veinte. Y me di cuenta de que he desperdiciado tiempo, tiempo muy valioso, en cosas sin sentido y en otras que no lo merecían tanto. Entonces poco a poco he ido haciendo algunos pequeños ajustes a mi vida. Tratando de ponerme algunos retos, dándome la oportunidad de aventurarme en cosas que quizás parezcan muy sencillas, y formando nuevos hábitos. Así ha sido el arranque de este 2020, al cual le tengo mucha fe, porque si algo me ha enseñado la vida es que nada, absolutamente nada, es permanente.
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ResponderEliminarGracias! Gracias!
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