Me he pasado los últimos días, desde el post anterior, debanándome los sesos en la búsqueda de un tema que escribir. No sé, quizás estoy teniendo un bloqueo o algo, pero lo cierto es que cada idea que me sugiere mi cerebro, la descartaba. Y aquí estoy hoy, tratando de sacar algo coherente de mi cerebro.
Hace poco leí en mi horóscopo (antes de continuar voy a decir dos cosas: si, de vez en cuándo consulto mi horóscopo y no, no creo que todo lo que dice vaya a suceder pero le doy el beneficio de la duda; dos, si no creen en los horóscopos y la astrología esta bien, no hay porque exaltarse) que en este mes debía de dejar mi coraza y mostrarme al mundo como soy. Aparte de leer todo el texto, también me tomé el tiempo de leer la sección de comentarios, la cual me pareció muy divertida, porque el 90% de los virginianos que habían publicado ahí estaban totalmente en contra de esa publicación.
Yo diría que los Virgo somos un tanto precavidos, nuestra naturaleza analítica, nos hace ser demasiado desconfiados y no podemos descansar sin haber analizado previamente todos los ángulos de una situación, claro, eso no nos exenta de meter la pata. Al ser así, precavidos, nos hemos aislado un poco. No nos mostramos tal cual luego luego, sino, que esperamos a entrar en confianza (o al menos la mayoría de la ocasiones) y ya después sacamos nuestra hermosa personalidad.
Esa publicación me quedó rondando por la cabeza. Y fue entonces que me puse a pensar en las corazas.
Las corazas, las hemos creado los humanos como un mecanismo de defensa para sobrellevar la vida. Al menos así lo creo yo. Ciertos momentos de nuestras vidas son tan dolorosos que sentimos la necesidad de crear una armadura que nos proteja de volver a sentir eso. Sin embargo, sin importar que tan fuerte la hayamos construido, no nos excluirá del dolor, eventualmente volveremos a tener experiencias que nos transformen y no podemos escapar de ellas.
El problema surge, quizás, cuando esa coraza empieza a fundirse con nuestra personalidad, y se va aunando a ella, tan fuerte, que se va convirtiendo en parte de nosotros. No es un tanto extraño que aquello que hemos creado para protegernos se vuelva al mismo tiempo, una manera de aislarnos?
Quizás, a veces valga la pena arriesgarnos y dejarla, allí junto a la orilla y arriesgarnos a sentir. Porque aunque las corazas nos den un sentido de seguridad,también nos pueden dejar ese regusto amargo del "hubiera". En fin, yo solo sé que no se nada.
(Attraversiamo)
Tssss qué profundidad carajo, digo todo eso de la astrología me la paso por la alfombra pero eso de salir del cascarón yo lo hice ya hace mucho, se siente a toda madre y al contrario, en lugar de hacerme coraza se me hizo piel de cocodrilo, ya si me dicen puto y sus deribados hasta yo me río desearía poder decirle a la gente que salga de la zona de confort, que va a haber pedradas sin embargo la emoción y la aventura afuera es MIL veces mejor que estar aislados ahí adentro. Bue, yo sólo sé que lo poco que sé ni me lo sé bien.
ResponderEliminarHola! Pues si señor conejo, a veces me pongo en un mood filosófico. Aclaro que eso me sale naturalito, sin la ayuda de ningún estupefaciente jajajaja. Gracias por dejar un comentarios y e alegra mucho que usted sea de los que no necesita la aprobación de nadie! Salud!
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