Vaya, una vez más llegamos al final del año. Revisando los propósitos que hice al inicio de este año, me parece que cumplí algunos. Siendo sincera no me gusta mucho eso de los propósitos porque, aunque sean viables, me siento forzada a cumplirlos, y creo que eso no es agradable. Se deberían hacer por gusto y no tanto como algo autoimpuesto. Al menos eso es mi punto de vista.
En este año hubo cambios, sin duda. El primero fue de forme de forma inconsciente, hace apenas unos días me percaté de ello, y es en cuanto a mi escritura. Me he dado cuenta de que antes solía escribir poemas, o intento de poemas (que son más bien prosas en un estilo poético) y ahora escribo historias cortas o microrelatos. Y eso e emociona porque es algo nuevo, y en lo que he recibido críticas positivas, sin embargo, no puedo evitar sentir un poco de melancolía por las prosas que solía escribir, pero tal vez para crearlas se necesita algo más, un muso quizá. Y quizá un día vuelva a escribirlas.
De la mano con lo anterior, este año por fin decidí mostrar lo que he escrito. Tuve la oportunidad de participar en un evento llamado FILA, donde tuve la oportunidad de leer lo que escribo ante personas desconocidas, y aunque fue un poco aterrador al principio, definitivamente me ha ayudado mucho. Antes solía guardar lo que escribía para mí, y solo lo compartía con OP, pero ahora me doy cuenta que es importante soltar las ideas, como si fuera mariposas, y dejarlas que vuelen y que las puedan apreciar (o criticar) otras personas. Inclusive he compartido entradas de este blog con más personas que conozco (en FB, por ejemplo), algo que no hacía por miedo. Pero eso ha cambiado, y me siento más libre.
No todo ha sido sencillo. Otra vez, la vida, me ha recordado que uno debe soltar, que debe dejar ir, y que hay personas y relaciones que no pueden ser permanentes. Que cambiamos, y eso nos afecta en diferentes maneras, en distintos niveles; que la evolución es parte de la vida, aunque a veces sea muy complicado de entender.
Quizá una de las cosas más difíciles de este año, y que seguramente seguirá en mi mente durante el próximo, es la aceptación. Hace unas noches comprendí que uno tiene que hacer las pases consigo mismo. Aunque en primer lugar, ni siquiera deberías estar peleado contigo mismo. Pero lo estamos, la mayoría, pensamos en todas las cosas que nos gustaría cambiar de nosotros, y algunas son válidas, lo cierto es que a veces mantenemos una lucha interna que puede llegar a deprimirnos y frustrarnos. Entonces mi mente me dijo que en algunos aspectos, era hora de hacer las paces. Era tiempo de una tregua, de aceptar cosas que no podemos cambiar. Pero cuesta, y eso se convierte en un viaje. Pero creo que de eso se trata, de dejar de ser una pelea para convertirse en un viaje. Un viaje sobre ti mismo. Si tal vez suena trillado, pero creo que al final se trata de ser más libres. Siempre he creído en la libertad.
En cuanto al blog, he pensado en hacerle algunos cambios, pero aún no se cuando los implementaré. Necesito un curso sobre computación avanzada (lo anotaré mentalmente en los propósitos del 2016 :P).
Ya no quiero que esta entrada suene a libro de autoayuda así que con esta entrada me despido de este año. Que arranque el 2016!
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