La neta estoy sumamente agradecida por los amigos que tengo. Y es que no puedo dejar de pensar en qué agradezco infinitamente que mis amigos estén ahí en mis ratos depresivos, aguantándome. Porque los que me han acompañado durante estos períodos saben que mi estado de ánimo es pésimo, y que me suelo hundir en ellos bastante cañón, y sin embargo, ahí están, escuchando mi perorata de cosas una y otra vez. Y no solo me escuchan, sino que me aconsejan, o me animan, o me abrazan. No me juzgan. Me muestran que hay más cosas que la depresión. Me terapean, o están un rato conmigo para que no me sienta tan triste. O llaman para checar como estoy, y agradezco que estén ahí, al pie del cañón, acompañándome. Se la rifan. Gracias totales.
Lo que queremos es verte feliz, y si eso ayuda, no es aguantarte es acompañarte.
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