miércoles, 2 de septiembre de 2015

Mundos paralelos...

Antier no podía dormir, así que me puse a pensar en mundos paralelos. Si, aquellos lugares mágicos en el que generalmente imaginamos que somos todo aquello que no somos en este, es decir, que somos perfectos y vivimos en una mansión, con un perro y somos felices por siempre. Si, algo así.
Y me puse a pensar en mi otra yo, la que vive en el mundo paralelo. La yo perfecta. No voy a mentir, pensar en ella me dio algo de nostalgia, y tal vez se deba a que se aproxima mi cumpleaños, lo que me hace ponerme en un mood nostálgico. Pero volvamos a los mundos paralelos.

Como sería mi otra yo? Empecemos.

Mi otra yo vive, probablemente, en un lindo departamento con piscina. Quizás tenga un gato de mascota.
Me imagino que es una científica de renombre, o por lo menos tiene un buen trabajo. Va al gym todos los días, muy temprano.
Ha conocido al amor de su vida, y caminan juntos a diario tomados de la mano. Ya están planeando vivir juntos.
No fuma, pero bebé café todos los días por la mañana antes de irse a trabajar.
Toca con destreza el piano.
Ha visitado Paris, Tokyo y Venecia. De seguro ama tomarse selfies.

Y pienso que es perfecta, quisiera conocerla, alcanzarla. Entonces me pongo a pensar en como puedes llegar hasta ese mundo pararelo. Recuerdo algunas leyes de la física que estudié en la escuela. Y entonces recuerdo que no hay mundos paralelos, científicamente es una ilusión. Me recuerdo que solo son mundos creados por nosotros donde creemos que nuestra vida es mejor. Quizás este delirando a causa del insomnio. Pienso en ella y en ese mundo tan perfecto, tan feliz. O eso quiero creer.
Quizás la perfección solo sea un conjunto de imperfecciones.

Y no sé en que momento me quedo dormida.


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