domingo, 17 de octubre de 2021

La vida cambia

Hace un par de días estaba platicando con una amiga y  me causó bastante sorpresa que me comentó que se iba a mudar pronto. Fue entonces que me he puesto a pensar en lo impredecible que es la vida. Mi amiga ahora tendrá que cambiar de lugar de residencia y probablemente también de trabajo, y pienso en lo mismo que me sucedió a mi, cuando de la nada, sin esperarlo, se presentó la oportunidad laboral en la cual ahora me encuentro. Pienso en como nada de esto lo teníamos planeado, y como, por azares de la vida, todo cambia de la noche a la mañana. Así de rápido.

Si algo he visto, desde tiempos remotos, es que los humanos estamos en busca de "estabilidad" y como dedicamos gran parte de nuestra vida a alcanzarla. Nos la pasamos estudiando y trabajando para encontrar un "trabajo estable", así como esperamos toparnos con nuestra alma gemela y tener una "relación estable" y después casarnos, formar una familia y por fin "estabilizarnos". Es como si esa fuera la finalidad de la vida: ser estables. Y no sé si en verdad eso sea, lo único es que me parece curioso. Y lo menciono porque como dije antes, la hemos buscado desde hace millones de años. Dejamos de ser nómadas cuando descubrimos el fuego, y nos dimos cuenta de que podíamos recolectar comida, tener abrigo y protección en una cueva, y así poco a poco nos convertimos en "gente civilizada". Quizás nada ha sido coincidencia. Quién sabe.

Lo único que sé, es que al parecer nuestro afán por alcanzar la estabilidad es muy fuerte, tanto que parece que ya lo traemos integrado en nuestro ADN. ¿Cuántas veces no hemos escuchado en nuestra familia preguntarnos cuando pensamos establecernos? Como si fuera un requisito que tenemos que cumplir, y en caso de que no lo hagamos, nos ven como la oveja negra.

Y sin embargo, por más planes que hagamos, y aun cuando ya creemos que hemos alcanzado la dichosa estabilidad se nos olvida que la vida cambia, así sin más, de un día para otro, y que a veces tenemos que sacrificar aquello por lo que hemos trabajado tanto. ¿Porqué olvidamos que nada es permanente, que todo cambia? A veces creo que es nuestra forma de lidiar con la realidad, es nuestra forma de ponernos una venda en los ojos y creer que la vida será tal como la conocemos por siempre, porque imaginar algo distinto significa salir de nuestra zona de confort, perder nuestra estabilidad y eso nos aterroriza.

La palabra "cambio" no nos gusta, y sin embargo es algo que nos rodea y que esta fuera de nuestro control. En cierta forma esto último a veces me consuela, porque hay días en que este presente en el que me encuentro me sobrepasa, y pienso, ¿aquí estaré por siempre, es esta mi estabilidad?  Pero a lo  lejos escucho a la vida susurrarme, "cariño, nada es para siempre". 

2 comentarios:

  1. Uf yo soy un mega-nómada bien cañón, quiero pasármela viajando por el mundo sin establecerme, carajo debo dejar de leer en la noche-muy-noche estoy cabeceando casi dormid

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    1. A mi también me gustaría eso de viajar por siempre, pero es un sueño guajiro :(

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