Después de haber terminado una relación imaginaria, me he dedicado a pensar en la soledad. Sì esa extraña compañera con la que a muchos se les dificulta entablar una relación, y que les suele provocar pavor. Y es que imaginarse solos, para muchos es algo inconcebible. Pero yo que ya llevo bastante tiempo con ella, ya nos llevamos bastante bien. No voy a mentir, a veces se me ha hecho pesado su compañia, como la mayoría de las mujeres, suelo tener sueños idílicos en los que comparto mi vida con alguien.
Sin embargo, he decidio darle un switch a mi mente y dejar de pensar en tanta cosa rosa. Dicen que debemos estar agradecidos por las cosas que tenemos, y por eso agradezco mi soledad. Gracias a ella he aprendido muchas cosas, y he vivido muchas cosas buenas.
Y es que solía invertir demasiada energía pensando en quién sería el indicado, y si por fin conocería al amor de mi vida, bla, bla, bla. A veces es necersario deshacerse de aquellas cosas que no nos sirven, y en este momento, todas esas cursilerías no me sirven. Quizás algún día llegue alguien, o quizás termine alimentando a mis siete gatos, solo el tiempo lo dirá.
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