Hace rato, mientras estaba mirando videos en You Tube, me teletransporté mentalmente a aquel momento en el autobús en el cual yo iba a marcharme, fue cuando pensé que una de las lecciones más difíciles y más sabias de la vida, que he aprendido es el dejar ir. Rememoré justo ese momento, porque creo que es la imagen que mejor describe esta lección de vida.
Cada vez que me he subido a un autobús para marcharme hacia otro lugar, siempre he tenido que dejar algo, ya sean amistades, familia, comodidades, trabajo, rutinas, amores y también he dejado una parte de mi misma en aquél lugar. Desprenderte de todo eso es doloroso, y siempre que estoy en uno de esos lugares en los que he vivido no puedo evitar pensar en aquellas personas que no puedo ver tan a menudo, en cuanto los extraño, y en todos los momentos que hemos pasado juntos.
Y sin embargo creo que ese desprendimiento, ese "dejar ir" me ha enseñado ha valorar más la vida, a apreciar más los momentos y darme cuenta que es mucho mejor coleccionar buenos recuerdos que coleccionar cosas materiales. Que "dejar ir" es doloroso pero también aprendes, vaya que aprendes. Te das cuentas de que los momentos son fugaces, y que las circunstancias de la vida son tan cambiantes, tan azarosas (o tal vez no pero eso no lo sabemos) que siempre pueden llevarte por caminos que nunca pensaste. Claro, el saberlo no lo hace menos doloroso, aunque quizás si un poco más llevadero.
Aunque el "dejar ir" no solo aplica para aquellas cosas que queremos, sino aquellas a las que nos aferramos, a ese "exceso de equipaje" que a veces no nos deja avanzar pero que insistimos en cargar, pero llega un punto en el cual, nos damos cuenta de que si nos liberamos de él podremos viajar más ligeros y crearemos un nuevo espacio para que lleguen nuevas historias a ocuparlo.
Aún no se cuanto estaré en el lugar en el que estoy, si solo sea hasta mañana y pasado todo cambie, o si será más tiempo, o a dónde me llevará el camino en los próximos meses, pero lo que si sé, es que ese día, tendré que dejar ir.
Buena entrada, en mi caso es al contrario, si ha leído mi entrada de cuando comenzamos a vivir solos, me encantan los comienzos de cero, nunca me quedo estancado, de hecho creo que hasta cierto punto podría considerarlo un fetiche hahaha, esa excitación no sexual que se siente de lo que está por venir, de los lugares nuevos por conocer, todo.
ResponderEliminarsolo se hace camino al andar OP, el cambio siempre es inevitable y por eso es maravilloso. love u and miss u
ResponderEliminar