domingo, 11 de febrero de 2018

Cuando me vaya


Ayer, mientras caminaba hacia mi casa comencé a pensar en como sería cuando ya no nos viéramos. Que pasaría cuando ya estuviéramos lejos y cada quién continuara con su camino. La vida nunca se detiene y seguramente todo pasará a ser un recuerdo, pero ¿que no sucede así con todo? Quizás la despedida sea dura, y tal vez más cerca de lo esperado, pero así es la vida, llena de desconciertos, de sorpresas inesperadas, de nuevos comienzos y de aventuras que nos aguardan. 

Pienso que, cuando me vaya, me condenarás al olvido y eso, en cierta forma, me hace sentir triste, Y es que ya ni siquiera aplico a un lugar en tu corazón porque ya descubrí que no se puede, ahora aplico a un lugar en tu memoria. 

Pienso también, en que quizá algún día nos reencontremos. Quizá. Entonces seremos diferentes, tal vez, porque no siempre eso sucede, creo que al final el cambio es una decisión personal. Si eres feliz a mí me bastará. El saber que has conseguido todo lo que anhelabas me hará sentir feliz porque sé que tú también lo serás.

Te extrañaré, sin duda lo haré. Sé que al principio, las horas se me harán eternas sin tu presencia, tal como ahora, en este preciso momento, en el que no puedo verte, ni tocarte, ni estar cerca de ti. Sé que el tiempo es relativo, y que las horas sumadas que pasamos juntos jamás me serán suficientes para llenar aquellas en las que ya no estarás, en las que tu presencia será algo lejano.

Me quedaré con el recuerdo de los buenos momentos, los malos sé que los desecharé, dejarán de interesarme, porque de nada sirve recordar aquello que te hace mal, o al menos así pienso. Me llevaré el sabor de tus labios, el recuerdo del roce de tu piel, el sonido de tu voz, pero sobre todo tus inconfundibles e irrepetibles miradas. Esas las guardaré por siempre en mi memoria. Quizás hasta sonría cuando alguien haga algún gesto parecido a los tuyos. 

Al final nada es para siempre, ni nosotros, ni lo nuestro. Al final solo somos instantes que vivimos, y en serio que junto a ti pasé muy buenos instantes. Y si algún día, por azares del destino me necesitas, solo llámame, no importa la hora, estaré ahí. Te extrañaré demasiado, más de lo que he podido expresar en estas líneas.

XOXO,
M. Haner

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