lunes, 12 de octubre de 2020

Un historia de Guanajuato

 Como buena fan  de la ciencia que soy, y dada la situación actual, me pongo a leer algunos textos sobre diversos temas científicos, o veo algunos videos en You Tube o en Netflix, y para mi sorpresa, me doy cuenta de que, he podido entender mucho más conceptos gracias a mi intento de maestría frustrada. Sé que esa es una historia que no he contado porque, sinceramente, me daba mucha vergüenza decir que intenté estudiar una maestría y no funcionó, terminé dejándola y fue algo que me costó mucho procesar. Sin embargo, me he abierto poco a poco, y comencé a abrirme con ese tema con mis estudiantes. Les dije que es válido darte cuenta de qué algo no es para ti, y cambiar de opinión. Pero vamos por pasos.

Primero que nada debo decir, que durante ese período que estuve en la maestría, que fueron seis meses, pasaron un montón de cosas. Haciendo hoy una retrospectiva a ese momento, me parece que en seis meses viví todo una vida. Fueron los seis meses más exhaustos que he tenido en mucho tiempo, y del cual me costó aún más recuperarme en todos los aspectos, física, mental y emocionalmente. Pero como toda historia empezaré por el principio.

Me decidí a estudiar mi maestría en Guanajuato porque necesitaba un cambio de aires. En aquél momento, sentía que muchas cosas en mi vida no iban como yo quería así que pensé que estudiar una maestría fuera de mi estado sería lo mejor. Lo intenté la primera vez, y por azares del destino (o más bien porque soy muy distraída) no puse hacer el trámite, las fechas se me pasaron y tuve que esperar al siguiente período. Me deprimí, pero esperé a la siguiente convocatoria. Para ese entonces algunas cosas comenzaron a acomodarse, pero aún así me dije que quizás debería intentarlo, total aun quedaba por ver si pasaría el examen

Hice el examen y cuando venía de regreso, me dije que no iría, que aunque pasara el examen no me iría a estudiar allá porque sentía que ya no lo necesitaba. Me avisaron que pasé el examen y que si estaba decidida a irme los trámites iniciaban en tal fecha. Después de mucho titubeo, me animé. Dejé todo y me fui a Guanajuato. Pronto me di cuenta de que quizás no había tomado la mejor decisión.

La maestría comenzó y me conforme los días iban pasando, comencé a sentirme muy fuera de la liga. Mis compañeros, todos eran de allí, allí habían vivido y estudiado, sentía que me rebasaban en conocimiento por mucho. Me sentí fuera de lugar y no lo suficientemente inteligente como para estar ahí. Cabe mencionar que solo éramos cinco. Mis calificaciones tampoco eran las mejores, y mis participaciones en clase nunca eran lo suficientemente buenas.

Me desvalaba casi todos los días, tratando de entender algo que no podía. Me frustraba, lloraba y por más que leía, sentía que estaba leyendo algo en ruso. Saliendo de clases me iba a la biblioteca a consultar libros de nivel universidad (que de poco me servían) para tratar de entender términos y técnicas que no tenía ni idea de lo que trataban. Sufría mis exámenes, y el tiempo que pasaba en las clases se me hacía interminable.

Para cuando inicie mi segundo cuatrimestre, la presión y la depresión que sentía eran insoportables. Había bajado bastante de peso, y mi cara denotaba demasiado estrés y frustración. A diario me repetía que yo no debía estar ahí, que ese sitio no era para mí porque era demasiado tonta para entender lo que los maestros explicaban. Incluso uno de mis profes me dio a entender que era una estúpida, porque dijo que "no sería capaz de explicar bien un artículo". Lloraba demasiado a menudo, y  estaba perdiendo el apetito. Hasta que un día me quebré. Un día, entre lágrimas, me di cuenta de que no me sentía feliz en aquel sitio, estaba demasiado desmotivada, y sentía que no tenía nada más que dar. Decidí darme de baja. Los siguientes meses fueron un suplicio en todos los niveles, y sino hubiese sido por mis amistades...

Total, llegamos al presente y la otra vez escuchaba en las noticias sobre covid, salud, y cosas de inmunología. Y fue en ese momento, mientras entendía lo que decía el narrador, que me dije a mi misma "vaya, si aprendiste algo en la maestría, después de todo" y no saben la alegría que me dio. Por muy básicos que son mis conocimientos he podido entender algunas cosas que previa a ella no lo hubiese hecho, y me da gusto por ello. Me da gusto que, pese a lo mal que me sentía, el conocimiento (o algo de él) pudo colarse en mi cerebro y me hizo aprender, y estoy agradecida por ello.

Ahora que ha pasado cierto tiempo desde ese intento frustrado, me doy cuenta de que aprendí muchas cosas en aquel lugar, y no solo hablo de conocimiento teórico, sino sobre la vida y sobre mi misma. Esta una historia muy resumida de las muchas que pasé en Guanajuato.  Creo que al final, me di cuenta, de que, aunque estudiar esa maestría era una gran oportunidad, me estaba afectando mucho en mi salud en general, y eso es algo que he aprendido a valorar, a tener en cuenta de que si algo está absorbiendo demasiado de ti, hasta un punto que puede llegar a ser riesgoso, quizás debas de meditar si eso en verdad es para ti. Quizás algún día les cuente más historias de mi tiempo por allá, pero por el momento les dejo con esta, esperando que a alguien le ayude. Saludos.

2 comentarios:

  1. Qué historia comagre, por lo que pasé en clase de química le puedo decir que siento cada palabra, cada letra y cada punto que puso, y a usted le fue relativamente mejor que a mí, porque ya estando grandes uno puede tener elección pero en primaria, o uno se aplica o se chinga, y esa maestra de química me destrozó el alma, NO SÓLO A MÍ COMO PERSONA, HABLO DEL ALMA, esa maldita vieja me hizo polvo, creo que usted si leyó esa entrada sobran las palabras. Lo de ir a Guanajuato con la otra comagre y asté sigue en pie pero igual hasta el otro año o depende de cómo se ponga la cosa por esto del cobidzzz, sé que odia Guanajuato (al igual que yo Irapuato por lo de la maestra) pero le JURO que es catártico ir sin ser estudiante, pararse frente al estado con los brazos abiertos hacia arriba en señal de victoria y poderle decir "te dominé, sigo aquí, te gané" y es mucho mejor si va con amigos, personas conocidas o los "pior son nada" como la comagre y yo, ya verá que se pone bueno teniendo otra perspectiva.

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    1. Pero por supuesto que yo apuntada! Y sí todo depende del covid que nos ha echado a perder varios planes, pero si, pienso e ir a manera de hacer las pases con ese lugar, a hacer mi catarsis, como usted bien lo dice, y no solo por el aspecto académico, hay muchas cosas que pasé en este lugar y que recordaré por siempre. Gracias por leer.

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